El último CubeSat de la ESA, RadCube, para el estudio del clima espacial en la órbita terrestre baja, ha completado su rigurosa fase de puesta en servicio, que culminó con la extensión de un brazo de magnetómetro más largo que el propio satélite en miniatura.
La superficie de la Tierra es un raro oasis de baja radiación, en gran parte protegido de las partículas cargadas que acribillan el espacio por el campo magnético del planeta. RadCube es una misión para demostrar tecnologías miniaturizadas para medir este entorno de radiación espacial, así como la fuerza del campo magnético, todo dentro de un satélite que podría caber en el equipaje de mano de un avión.
Los CubeSats son satélites ensamblados a partir de cajas estandarizadas de 10 centímetros. RadCube es un CubeSat de ‘tres unidades’, desarrollado recientemente para la ESA por C3S en Hungría.
El Centro de Investigación Energética (EK) de Hungría contribuyó con el sistema controlador de carga útil y un telescopio de radiación a la misión, combinando dos detectores para medir la dirección y la energía de las partículas cargadas. El Imperial College del Reino Unido construyó un magnetómetro que consta de dos sensores, uno dentro del CubeSat y otro al final de un brazo extendido de 80 centímetros, que proviene de Astronika en Polonia.
Lanzado a bordo del vuelo VV19 del lanzador Vega de la ESA en agosto, RadCube también alberga un experimento de la ESA para probar la resistencia de las memorias de la computadora contra la radiación espacial. “La plataforma CubeSat completamente nueva y la precisión de los instrumentos en miniatura de RadCube exigieron un proceso de puesta en servicio complejo, que ahora se ha completado con éxito”, explica Dorottya Milánkovich de C3S.
“La extensión completa del brazo del magnetómetro marcó un hito final dramático; esta es una característica necesaria para evitar cualquier medición magnética anómala emitida desde el propio satélite”, dice Dominik Nolbert de Astronika.
Jonathan Eastwood, del Imperial College, agrega que «de hecho, los datos del magnetómetro externo muestran claramente que no hay ruido magnético proveniente de RadCube, con resultados muy en línea con los valores esperados de los modelos de campo magnético de la Tierra».
«Las mediciones de radiación de RadCube también muestran buenos datos de comparación con otros satélites, revelando niveles elevados de radiación de la reciente tormenta solar«, destaca Attila Hirn de EK.
RadCube, el último de una serie de CubeSats de tecnología de la ESA para demostrar tecnologías prometedoras para el espacio, fue apoyado a través del elemento ‘Fly’ del Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA, con fondos provenientes de Hungría, el Reino Unido y Polonia.