Tras el primer intento fallido del pasado lunes por la empresa aeroespacial norteamericana SpaceX, el lanzamiento de Starship, el cohete más grande y capaz jamás desarrollado, despegó poco después del mediodía de este jueves con éxito, pero durante el vuelo atmosférico, momentos antes de la separación de etapas, se perdió el control del vehículo y finalmente explotó.
La nave espacial que, según SpaceX, podría facilitar la vida interplanetaria, giró en el aire varias veces y luego comenzó a caer en picado antes de quemarse por completo.
Ya instantes previos al lanzamiento cundió el suspense al parar durante unos momentos la cuenta atrás para un chequeo final del lanzamiento. Luego despegó finalmente entre los aplausos y ovaciones de empleados de SpaceX y público asistente a la ceremonia. Pero fue breve el entusiasmo y duró poco la alegría.
“Como si la prueba de vuelo no fuera lo suficientemente emocionante, Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa. Los equipos continuarán revisando los datos y trabajando para nuestra próxima prueba de vuelo”, dijo la empresa lanzadora.
“Con una prueba como ésta, el éxito se mide por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avanza rápidamente en el desarrollo de Starship”, había dicho SpaceX días antes a raíz de la cancelación del lanzamiento del lunes pasado.
Y este jueves añadió: “la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea interplanetaria”.