La Agencia Espacial Europea (ESA) ha revelado oficialmente el nombre de su misión LEO-PNT: Celeste. Esta iniciativa, que marca un paso clave para la evolución del sistema europeo de navegación por satélite, tiene como objetivo probar una nueva capa de satélites en órbita baja que complemente y refuerce las capacidades de Galileo, el sistema global de navegación europeo.
Con más de tres décadas de desarrollo, Galileo y EGNOS se han consolidado como piezas fundamentales de la infraestructura tecnológica en Europa, dando soporte a aplicaciones que van desde la telefonía móvil hasta servicios críticos para la sociedad. Ahora, con Celeste, la ESA busca garantizar que estos sistemas sigan siendo robustos, seguros y disponibles en un entorno global cada vez más exigente.
El nombre Celeste es un guiño a la historia científica europea. Maria Celeste, hija de Galileo Galilei, compartió con su padre una estrecha relación intelectual y emocional, según reflejan las cartas históricas que se conservan. Al adoptar este nombre, la ESA conecta el legado del célebre astrónomo con la misión que aspira a fortalecer la resiliencia de la navegación por satélite en Europa.
Al igual que Galileo supuso un hito para la astronomía y la medición del tiempo —pilares fundamentales para la navegación—, Celeste representará una nueva dimensión de fortaleza tecnológica para el continente, mediando entre la constelación actual y las crecientes demandas de precisión y seguridad.
Satélites en órbita baja
Celeste contará con una constelación de 10 satélites —más dos de reserva— que volarán en órbita baja para probar señales innovadoras en distintas bandas de frecuencia. Los dos primeros satélites, desarrollados por GMV y Thales Alenia Space, están programados para lanzarse en los próximos meses.
El proyecto, aprobado en el Consejo Ministerial de la ESA en 2022, incluye a 16 países europeos, entre ellos España, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido. Más de 50 entidades de 14 países participan en el desarrollo, que abarca desde la definición y construcción de la infraestructura espacial hasta el lanzamiento, la operación y la experimentación en órbita.
La ESA mantiene así una tradición simbólica en la nomenclatura de sus misiones. Si los primeros satélites de demostración para Galileo recibieron el nombre de GIOVE —en honor a Júpiter, el planeta cuyas lunas descubrió Galileo—, ahora Celeste refuerza ese vínculo histórico con la ciencia y el progreso tecnológico. Con esta misión, Europa se prepara para un futuro en el que la navegación por satélite será más precisa, resiliente y segura, apoyada en tecnologías en evolución y en una creciente cooperación internacional.











