Carlos Marcos representa la unión entre la experiencia operativa y la pasión por la enseñanza en el sector aeronáutico. Piloto de helicóptero con una amplia trayectoria en misiones reales de extinción de incendios, combina su labor en operaciones de emergencia con su papel como instructor en European Flyers, donde forma a las nuevas generaciones de pilotos con un enfoque eminentemente práctico.
“Comencé mi carrera como piloto de incendios, acumulando con los años gran experiencia en operaciones reales. Siempre me ha apasionado enseñar y poder transmitir mi vocación. En ese sentido, ser instructor en European Flyers resultó ser la forma ideal de unir ambos mundos”, explica. Su doble faceta requiere disciplina y organización, ya que los pilotos instructores no pueden superar los 20 días de trabajo al mes. “Esta combinación me permite seguir volando activamente mientras contribuyo a formar a la próxima generación de pilotos”, añade.
En el ámbito de la enseñanza, Marcos destaca que el modelo de formación de European Flyers no se limita al dominio técnico del helicóptero. “Desde European Flyers, nuestro enfoque se centra en desarrollar las habilidades humanas esenciales para operar con seguridad en cualquier situación”, señala.
El entrenamiento busca forjar la capacidad de tomar decisiones serenas bajo presión y la flexibilidad necesaria para adaptarse a entornos de vuelo cambiantes. La metodología combina ejercicios prácticos en escenarios realistas, análisis de misiones mediante briefings y debriefings, y una sólida preparación en gestión de recursos de la tripulación (CRM). “De esta manera, garantizamos que nuestros pilotos no solo dominen la técnica de vuelo, sino que aprendan a pensar, liderar y reaccionar como verdaderos profesionales”, subraya el instructor.
Alta demanda y empleabilidad en el sector del helicóptero
La demanda actual de pilotos de helicóptero en España, especialmente en sectores de emergencia, continúa en aumento. Marcos lo constata con datos recientes: “La demanda de pilotos, especialmente en extinción de incendios o transporte sanitario, supera con creces la disponibilidad actual de profesionales. Según la AESA, las licencias de piloto han pasado de 877 en 2019 a 839 en 2023”.
Esta combinación de alta demanda y menor oferta ha elevado la empleabilidad hasta niveles muy altos. “Muchos alumnos firman contratos durante su formación para incorporarse al mercado laboral inmediatamente después de graduarse”, destaca.
Entre las principales dificultades que enfrentan los alumnos, Marcos identifica el Vuelo estacionario, una maniobra que exige precisión y control absoluto. “A diferencia de un avión, que tiene estabilidad inherente, un helicóptero es fundamentalmente inestable y hay que mantenerlo equilibrado”, explica.
La formación, sin embargo, va más allá de lo técnico. “También se trabaja el plano mental, enseñando a mantener la serenidad, gestionar la carga de trabajo y desarrollar el criterio necesario para tomar la mejor decisión en cualquier situación”, afirma. Con el tiempo, esta combinación de técnica, calma y juicio se traduce en un pilotaje más seguro y consciente, sello de la filosofía formativa de European Flyers.
Para quienes dudan entre seguir la vía de la instrucción o incorporarse directamente a una aerolínea, Marcos lo tiene claro: ser instructor es una experiencia transformadora. “Te obliga a dominar cada procedimiento hasta el detalle, a mantener la calma bajo presión y a desarrollar habilidades que van más allá del pilotaje, como liderazgo, comunicación y gestión de personas”, afirma.
Además del componente humano, la instrucción acelera el crecimiento profesional. “Acumulas horas de vuelo como piloto al mando, asumiendo la responsabilidad completa de cada vuelo. Esa experiencia te da confianza y te prepara de forma sólida para los desafíos que vendrán. Quienes empiezan instruyendo suelen llegar a las aerolíneas con una base más sólida y avanzar más rápido una vez dentro”, asegura.
Puede ver la entrevista completa en la revista del mes de noviembre.











