Boeing ha indemnizado inicialmente a la compañía Alaska Airlines con unos 160 millones de dólares por los perjuicios derivados de la pérdida en vuelo de la puerta de un 737 MAX-9 ocurrido el pasado 5 de enero y que provocó la inmovilización de esos aviones de su flota ordenada por la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU.
La aerolínea considera que este pago inicial cubre los daños y costes ocasionados durante el primer trimestre y espera que el fabricante aeronáutico proporcione otra compensación adicional, aunque no desveló el contenido de los acuerdos llegados.
El anuncio de este jueves se produce pocos días después de que Alaska Airlines señalara en un comunicado que sigue «comprometida con Boeing» a pesar del incidente ocurrido en enero. “Durante casi 60 años, Alaska Airlines ha volado aviones Boeing. Compartimos más que una ciudad natal con Boeing; Compartimos la pasión por volar y el compromiso con la seguridad. Conocemos a las personas que están detrás de los aviones, que han dedicado sus carreras durante estas décadas a hacer que los viajes aéreos sean mejores y más seguros”, había dicho la compañía en un comunicado el pasado 25 de marzo.
Y añadió que “Alaska Airlines está comprometida con Boeing y haremos todo lo posible para contribuir al trabajo crítico en curso para garantizar la excelencia en la calidad y seguridad de la producción”.