Accionistas de Boeing han demandado a la compañía, fabricante del 737 MAX-9 de Alaska Airlines, que el pasado día 5 de enero tuvo que regresar al aeropuerto de Portland, en Oregon, después de que un panel instalado para reemplazar una puerta de salida de emergencia opcional en el avión explotara y provocara una descompresión incontrolada de la aeronave poco después del despegue.
El tesorero general de Rhode Island, James A. Diossa, anunció que el Sistema de Jubilación de Empleados de Rhode Island (ERSRI) presentó una demanda colectiva contra Boeing y algunos de sus directivos, incluidos el presidente y CEO, David Calhoun; su antecesor, Dennis Muilenburg; y el director financiero Brian West.
“ERSRI está tomando la iniciativa y manteniendo a las empresas que afectan el bienestar financiero de los habitantes de Rhode Island con los más altos estándares. Boeing traicionó la confianza de los jubilados de Rhode Island y debe rendir cuentas por sus acciones”, dijo el tesorero general.
La demanda alega graves fallos de seguridad en Boeing y declaraciones u omisiones falsas y engañosas al mercado relativas a esos fallos de seguridad. En particular, el vuelo 1282 de Alaska Airlines el pasado 5 de enero.
Más tarde, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) y la Administración Federal de Aviación (FAA) anunciaron que habían iniciado investigaciones de seguridad sobre el incidente. Luego, United Airlines reveló que el personal había encontrado pernos sueltos durante las inspecciones en un número no revelado de aviones en tierra y Alaska Airlines también anunció que sus inspecciones encontraron “hardware suelto” en algunos aviones. Tras estas revelaciones, el valor de las acciones de Boeing cayó significativamente.