Eric Lindblad, el jefe del programa 737 de Boeing, deja la compañía aeroespacial estadounidense, envuelta desde marzo en una crisis sin precedentes tras dos accidentes seguidos que dejaron 346 muertos, según comunicó la empresa a sus empleados en un documento interno revelado por varios medios informativos norteamericanos.
Boeing anunció el pasado jueves una drástica caída de entregas de aviones comerciales, solo 90 aparatos en los tres meses cerrados el 30 de junio contra 194 (-54%) en el mismo período del año pasado.
El escrito interno, firmado por Kevin McAllister, jefe de la división de Aviones Comerciales de Boeing, insiste en una salida forzada. Eric Lindblad «me comunicó el año pasado su deseo de retirarse», dice en el texto. “Linblad ha pasado por algunos de los desafíos más difíciles a los que nuestra empresa se ha enfrentado», agrega Kevin McAllister.
Lindblad, que se incorporó a Boeing hace 34 años, estuvo un año al mando del programa 737, del que forman parte los aviones MAX, que protagonizaron las dos catástrofes aéreas de los últimos meses. Comenzó su carrera en el fabricante de aviones estadounidense en 1985, como ingeniero de enlace. Luego ocupó varios cargos de responsabilidad en la empresa: director del programa 747, responsable de las alas del programa 777X desde junio de 2014 y director del programa 777X desde octubre de 2016.
En agosto de 2018 se convirtió en director del 737, un programa de 12.000 empleados, y tomó bajo su responsabilidad la planta de Renton en los suburbios de Seattle. Aquí hizo una prueba piloto de la producción y las entregas del 737 MAX para resolver los problemas de la cadena de suministro que retrasaron las entregas.
Es el primer alto ejecutivo que deja la compañía desde que esta dejó en tierra la flota de 737 MAX en todo el mundo, a raíz de los accidentes.
Lindblad será sustituido por Mark Jenks al frente del programa 737 en las próximas semanas. Es actualmente vicepresidente del proyecto New Airplane Airliner (NMA), que debe competir con el A321 XLR lanzado por Airbus en el Salón Aeronáutico de París en junio. El proyecto NMA, sin embargo, corre el riesgo de retrasarse con la crisis del 737 MAX.