En tan solo 36 meses, se ha logrado el desarrollo y construcción del satélite meteorológico del Ártico por parte de la ESA. Esta hazaña técnica ha culminado con el envío del microsatélite desde las instalaciones de OHB en Suecia a Alemania, donde está siendo sometido a una serie de pruebas para garantizar su resistencia durante el lanzamiento el próximo año y su subsiguiente vida en órbita.
El Satélite Meteorológico del Ártico, como su nombre indica, se prevé que mejore significativamente los pronósticos meteorológicos en el Ártico, una región que actualmente carece de datos cruciales para realizar pronósticos precisos a corto plazo.
A día de hoy, los satélites en órbita geoestacionaria y polar proporcionan una gran cantidad de información vital para los meteorólogos en la predicción del tiempo. Sin embargo, la cobertura en el Ártico sigue siendo limitada, ya que los satélites geoestacionarios carecen de visibilidad en esta región septentrional.
El satélite meteorológico del Ártico es solo el precursor de una potencial constelación de satélites, conocida como EPS-Sterna, que la ESA construiría para Eumetsat en caso de que el prototipo del satélite meteorológico del Ártico funcione según lo esperado. La misión EPS-Sterna se plantea como una constelación de seis microsatélites distribuidos en tres órbitas diferentes, proporcionando una corriente casi constante de datos sobre temperatura y humedad desde cualquier lugar de la Tierra.
Este avance permitirá, por primera vez, realizar predicciones meteorológicas a muy corto plazo en el Ártico. La serie de seis microsatélites se repondría tres veces. Aunque el foco principal está en el Ártico, los meteorólogos aprovecharán también esta constelación para mejorar los pronósticos meteorológicos a escala global. Sin embargo, antes de ello, el prototipo del satélite meteorológico del Ártico debe demostrar su funcionalidad.
Por tanto, al adoptar la metodología del Nuevo Espacio para probar nuevos conceptos de manera eficiente y oportuna, este nuevo satélite se ha desarrollado y construido en un tiempo récord. Apenas han transcurrido 36 meses desde que la ESA otorgó el contrato principal a OHB en Suecia y se completó la construcción del satélite.
Ville Kangas, director del proyecto del Satélite Meteorológico del Ártico de la ESA, destacó que «el instrumento, un radiómetro de microondas, fue entregado a OHB por Omnisys, el contratista principal del instrumento, en octubre y se integró en la plataforma satelital. Y ahora, gracias al compromiso de las empresas involucradas, contamos con un satélite completo».
El satélite está equipado con un radiómetro de microondas de barrido transversal de 19 canales, aprovechando la tecnología heredada del sonda de microondas desarrollada para los satélites MetOp de segunda generación.
Ville añadió que «al alcanzar otro hito este mes, también hemos probado las conexiones entre el satélite y el centro de control de la misión en KSAT, Tromsø, Noruega, y todo ha ido según lo planeado.
«Una vez superadas estas fases críticas, el satélite ha sido enviado a IABG en Alemania para una serie de pruebas ambientales, programadas hasta febrero de 2024». Estas pruebas involucran exponer al satélite a vibraciones y ruido simulando el lanzamiento, así como a las variaciones de temperatura en el vacío del espacio que enfrentará durante su órbita terrestre.
Una vez completadas estas pruebas, el satélite regresará a OHB en Suecia para verificaciones finales antes de su envío al complejo de lanzamiento de SpaceX en Vandenberg, California, en abril. El despegue está programado para el 1 de junio de 2024 a bordo de un cohete Falcon 9.