Eficiencia, seguridad, agilidad; son algunos de los desafíos a los que se enfrentan los aeropuertos europeos hoy en día, a la hora de llevar a cabo sus operaciones. La nueva reglamentación antiterrorismo establecida por la Comisión Europea que entró en vigor en el mes de abril, le presenta nuevos obstáculos a los aeropuertos de la región.
La misma establece que los pasajeros deben mostrar sus pasaportes al entrar y salir del espacio Schengen, lo que provocó una ralentización del sistema de control.
Si la eficiencia es un desafío para los aeropuertos, la innovación, tecnología y biometría se constituyen como medidas para alcanzar ese objetivo. Así lo demuestra el reciente estudio de la Sociedad de Investigación de Transporte Aéreo (ATRS), que distinguió al aeropuerto de Copenhague como el más eficiente de Europa, debido a sus hábitos digitales. Gracias a la implementación de tecnología para mejorar el tránsito, el aeropuerto danés logró mejorar la eficiencia de sus operaciones.
El ejemplo del aeropuerto de Copenhague demuestra la importancia de implementar soluciones tecnológicas a modo de mejorar los servicios, lo que podría serle de gran ayuda a los aeropuertos europeos que buscan agilizar el tránsito de pasajeros frente a la nueva regulación.
Los puestos de autoservicio para el check-in de pasajeros, los puestos automáticos para la facturación de equipaje y los controles automatizados para el control de pasaportes, instalados en el aeropuerto danés, demostraron ser medidas eficientes. De hecho, las soluciones automatizadas permiten reducir los costos y al mismo tiempo mejorar la satisfacción de los viajeros. Lo que resulta ventajoso para todos.
Este tipo de innovaciones ya se han comenzado a desplegar en otros aeropuertos europeos. Cabe destacar el ejemplo de Francia, un país golpeado por los numerosos ataques terroristas que sucedieron en su territorio, que como consecuencia obligaron a las autoridades a desplegar operativos de seguridad en todos los ámbitos. De esta forma, comenzó a cobrar popularidad la instalación de puestos con reconocimiento facial, no sólo en los aeropuertos sino también en las terminales de tren. De hecho, el gobierno francés implementó un programa de pasaje rápido a través de las fronteras, conocido como PARAFE, a modo de acelerar el tránsito.
En este contexto, se instalaron puertas biométricas en el aeropuerto Saint-Exupéry de Lyon, desarrolladas por la Imprimerie Nationale, empresa francesa que adquirió recientemente el servicio de gestión de identidad de Thales. La empresa de origen francés, que en sus inicios imprimía libros y hoy en día es líder en soluciones de identidad biométrica, es un claro ejemplo de cómo los negocios se reinventan gracias a la tecnología. Siguiendo la misma línea, se instalaron puestos de reconocimiento facial, desarrollados por el grupo portugués Vision-Box, líder en soluciones automatizadas de control de frontera, para los pasajeros que partan desde la estación de tren Gare du Nord de la capital francesa a bordo del Eurostar hacia Londres. La misma empresa, está llevando a cabo un proyecto para la renovación del sistema de control de pasaportes en una de las terminales del aeropuerto Charles de Gaulle de París.
El caso de Londres es similar al de Francia. Frente a la necesidad de reforzar la seguridad fronteriza, la aerolínea British Airways comenzó a implementar tecnología biométrica de próxima generación en el aeropuerto de Heathrow. La aerolínea británica instaló dispositivos que le permiten a los pasajeros realizar el embarque sin necesidad de interactuar con el personal. Esto es posible gracias al sistema de reconocimiento facial que permite autenticar de forma instantánea y precisa la identidad de las personas, eliminando así la necesidad de controles manuales que son más lentos. Según los especialistas, el control automatizado permite reducir el tiempo de espera hasta en un 40%.
La aplicación de tecnologías de la información es vital para el aumento de la eficiencia. Así lo demuestran los diferentes casos en los que este tipo de innovación ha sido implementada. Las puertas automatizadas, los controles biométricos y los puestos de autoservicio, son diferentes medidas que permiten enfocarse en aquello que los pasajeros valoran y a la vez, en aquello que las autoridades tanto migratorias como aeroportuarias, necesitan a la hora de llevar a cabo sus operaciones.
Sin duda, los aeropuertos europeos deben enfocar su mirada en esta nueva tendencia. La nueva reglamentación de control de pasaportes no debería ser una excusa para justificar las largas colas en los aeropuertos, sino una oportunidad para invertir en soluciones innovadoras que permitan mejorar la experiencia de viaje. La habilidad de simplificar y acelerar el tránsito de los pasajeros, recae entonces en las autoridades y en su capacidad de innovar. La tecnología está, solo hace falta implementarla.
Francisco Padilla, periodista, experto en tecnología e innovación