La crisis financiera está incidiendo intensamente en el sector Defensa, dada su tradicional resistencia a la apertura económica global y su fuerte dependencia de los programas internos del Ministerio de Defensa.
Así lo atestiguaban las palabras del director general de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, Juan Manuel García Montaño, en el II Congreso Internacional Atenea sobre la "Colaboración y Asociación de las Industrias de Defensa Iberoamericanas": "la crisis impide invertir en todo aquello en lo que queremos invertir", por lo que las empresas están obligadas a pensar en la internacionalización para competir en el mundo global.
En efecto, las partidas presupuestadas para la realización de los grandes programas de I+D de Defensa provenientes del MITYC y MINDEF (líneas 464A y 464B respectivamente), llevan un lustro en caída libre (Cuadro adjunto), con el impacto que ello produce en la generación de conocimiento y valor añadido en el sector, así como en la cadena de suministros que éste lleva asociado.
Exportaciones de material de defensa. Elaboración propia a partir de datos del MINECO[1] y PGE[2].
La respuesta del sector no se ha hecho esperar, con una notable reorientación de la actividad económica al desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas destinadas al mercado global, con miras a paliar el drástico descenso del consumo nacional. En este sentido, pese a que la tendencia desde el Ministerio de Defensa es el apoyo a la exportación, con la aprobación del RDL 19/2012 que permite firmar acuerdos gobierno a gobierno, y actividades que lleva a cabo la DGAM para poner en contacto a delegaciones extranjeras con empresas españolas, el general Montaño subrayó la necesidad de avanzar en I+D+i, porque estos ámbitos "aportarán lo que necesitemos en sistemas de armas a largo plazo".
Este panorama de apuesta por la innovación y la exportación permite obtener, además de los retornos económicos y empresariales de la propia actividad comercial, un ventajoso trato fiscal para una parte de los beneficios generados por medio de la herramienta conocida como “Patent Box[3]”, disponible en España desde 2008. Mediante Patent Box, una empresa puede reducir a la mitad la tributación de los ingresos procedentes de la cesión de sus activos intangibles relacionados con el conocimiento, con un ahorro fiscal que puede alcanzar hasta un 90% del coste total de desarrollo del activo.
Esta disminución de la base imponible está al alcance de un cada vez mayor número de empresas, a medida que aumenta la visión exportadora de nuestro sector Defensa, que además es perfectamente aplicable en la cesión de activos intragrupo, y por ello de gran interés para los principales actores europeos con filiales españolas.
El aprovechamiento de este dispositivo fiscal conlleva la necesidad de cuantificar con precisión el valor de los activos intangibles objeto de la cesión, así como una justificación y documentación del precio de transferencia asociado. En este sentido, existe una obligación legal de fijar unos precios equiparables a los valores de mercado de activos similares, para lo que es de interés contar con la colaboración de personal dedicado en exclusiva a la gestión de la I+D+i, así como de empresas especializadas en la fiscalidad de este tipo de actividades innovadoras, con vistas a obtener el mejor tratamiento fiscal de los proyectos llevados a cabo.
De este modo, serían objeto de cesión los dibujos, planos o procedimientos secretos relativos a experiencias industriales o científicas, que fueran necesarios para la reproducción industrial en las empresas cesionarias. Así, el gasto incurrido en el desarrollo de simuladores adaptados según especificaciones del cliente, la incorporación de mejoras tecnológicas en plataformas de combate, el diseño de nuevos modelos de sistemas UAV (Unmanned Aerial Vehicles), o incluso los propios procesos de fabricación y montaje de dispositivos aeronáuticos, por citar algunos ejemplos, sería recuperable hasta en un 90% para las empresas vía ahorro fiscal, si bien en ocasiones puede ser necesario revisar sus contratos de venta para desglosar, del concepto general, la parte correspondiente a la cesión del conocimiento objeto del Patent Box.
El interés de esta herramienta es aún mayor con la reciente aprobación del RDL 20/2012, que limita la compensación de bases imponibles negativas para empresas con una facturación anual superior a los 20 millones de euros, o el RDL 16/2012, que reduce en un 30% la deducibilidad de las amortizaciones en el Impuesto de Sociedades. Si además se tienen en consideración el resto de incentivos tradicionales ligados a la I+D+i como las deducciones fiscales, la libertad de amortización de los activos destinados a estas actividades, las bonificaciones a las cotizaciones a la Seguridad Social para el personal investigador o el proyecto de instalar en nuestro país el sistema de recuperación de deducciones no aplicadas, el atractivo de estas prácticas de optimización fiscal queda patente ahora más que nunca.
Por todo ello, parece lógico pensar que la apuesta por la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías es el mejor o tal vez el único camino para generar un núcleo industrial potente y generador de actividad económica de alto valor añadido, en el estado actual de crisis de consumo nacional. El objetivo no debe ser otro que la consecución del nivel tecnológico y de capital humano necesarios para que las empresas españolas participen en la toma de decisiones de los grandes programas de defensa europeos, en lugar de hacerlo en las últimas etapas de este tipo de proyectos. Y para ello, una gestión sistematizada de los proyectos de I+D+i es una de las claves para maximizar la rentabilidad de las inversiones y contribuir así a la instalación de las empresas españolas en la primera línea del sector a nivel internacional.
Samuel Botija Loaísa
Consultor Senior Financiación de la Innovación de la compañía ALMA CG.
[1] Subdirección General de Comercio Exterior de Material de Defensa y Doble Uso.
[2] Presupuestos Generales del Estado.
[3] Directiva Europea 2003/49/EC del Consejo, de 2 de junio de 2003.