La Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) ha marcado un hito al realizar el vuelo sin escalas más largo de su historia. Un KC-30A completó un recorrido de 23,3 horas desde la Base RAAF Amberley (Australia) hasta Jerez (España), gracias a dos brackets de reabastecimiento en vuelo proporcionados por un segundo KC-30A de la RAAF.
El equipo, compuesto por 21 miembros del personal de la Fuerza Aérea, incluyó a cinco pilotos que se rotaron para gestionar la carga de fatiga. Entre ellos, el Teniente de Vuelo Elliott Hyder destacó la planificación exhaustiva que permitió el éxito de la misión asegurando que “pudimos gestionar con éxito tanto la duración del vuelo como la fatiga de la tripulación para lograr el máximo resultado”, señaló.
La histórica misión fue parte de un ejercicio de interoperabilidad de una semana con el Escuadrón Técnico 31 de la Fuerza Aérea y Espacial Francesa (FASF). En este marco, el Escuadrón 33 de la RAAF viajó a Istres, Francia, para participar en actividades de intercambio de reabastecimiento en vuelo y mantenimiento.
El Teniente de Vuelo Hyder y el Líder de Escuadrón Kevin Theatre, piloto de intercambio de la FASF, realizaron vuelos locales con Eurofighters franceses. Sin embargo, el foco principal fue el apoyo a las tripulaciones de mantenimiento y logística desplazadas.
“El intercambio nos permitió comprender mutuamente nuestros procesos, compartir lecciones aprendidas y fortalecer los lazos iniciados durante el ejercicio Pitch Black 2024 a principios de año”, comentó el Cabo Anthony Everitt, técnico de aviación del Escuadrón 33 de la RAAF. Everitt subrayó las similitudes regulatorias entre ambas fuerzas como un factor clave para facilitar la colaboración asegurando que “trabajamos bajo una estructura normativa similar, lo que facilita la comprensión de los procedimientos de mantenimiento y autorización de cada uno”.
Regreso colaborativo
En el viaje de regreso a Australia, el KC-30A de la RAAF fue reabastecido en vuelo tanto por un KC-30A de la propia RAAF como por un Multi-Role Tanker Transport de la FASF, demostrando un alto nivel de interoperabilidad entre las dos fuerzas aéreas.
El Teniente de Vuelo Hyder destacó los beneficios del intercambio explicando que “los puntos culminantes fueron el intercambio de piezas de repuesto y logística, el aprendizaje mutuo para optimizar los procesos de la RAAF y la FASF, y, por supuesto, la gastronomía local, que los anfitriones nos ayudaron a explorar con entusiasmo”.
Este ejercicio consolida la capacidad de las fuerzas aéreas australiana y francesa para operar juntas en cualquier parte del mundo, allanando el camino para una colaboración más estrecha en mantenimiento, logística y operaciones. Con hitos como el récord de vuelo sin escalas y el éxito de las actividades conjuntas, la RAAF refuerza su compromiso con la excelencia operativa y la cooperación internacional.