Un A330-300 de la compañía Brussels Airlines, filial de Lufthansa, con 154 pasajeros y 10 tripulantes a bordo, en vuelo de Bruselas a Nueva York, aterrizó de emergencia el pasado viernes en el aeropuerto de Dublín por un fallo en uno de sus motores.
El avión se encontraba a unos 130 kilómetros de la costa sur de Irlanda cuando la tripulación declaró una emergencia e informó a los controladores de tráfico aéreo de su situación con fallo en uno de sus motores.
El piloto, que inicialmente había decidido desviarse al aeropuerto de Shannon, para lo que obtuvo la pertinente autorización, optó luego por continuar hasta Dublín, probablemente para quemar más combustible y garantizar así un aterrizaje más seguro.
El avión aterrizó con seguridad y fue seguido hasta la terminal por los equipos de bomberos y rescate del aeropuerto.