La Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU sigue supervisando la investigación dirigida por SpaceX del fallo del octavo vuelo de prueba de Starship ocurrido el pasado 6 de marzo. La investigación sigue abierta. “SpaceX podría no volver a lanzar Starship hasta que la FAA acepte el informe final de la investigación del accidente o tome una decisión sobre el regreso al vuelo y se cumplan todos los demás requisitos de la licencia”, informó la FAA este lunes.
La FAA supervisó y aceptó las conclusiones de la investigación dirigida por SpaceX. El informe final del percance cita como causa probable de la pérdida del vehículo Starship que las vibraciones más fuertes de lo previsto durante el vuelo provocaron un aumento de la tensión y el fallo del hardware del sistema de propulsión. SpaceX identificó 11 acciones correctivas para evitar que el evento se repita. La FAA verificó que SpaceX implementó acciones correctivas antes del vuelo octavo.
A primeros del pasado mes de febrero, SpaceX anunció que intentaba una prueba de vuelo a gran altitud de la nave número de serie 9 (SN9), la segunda prueba de vuelo suborbital a gran altitud de un prototipo de nave espacial desde sus instalaciones en el condado de Cameron, Texas. Ahora la FAA asegura que el vuelo noveno de prueba de Starship no se producirá mientras no acepte el informe final de la investigación.
Como anunció entonces este diario, la FAA norteamericana ha estado investigando si el vuelo de prueba anterior del Starship de SpaceX SN8 que explotó el pasado 9 de diciembre violó los términos de su licencia de prueba, según informó la publicación especializada The Verge. Tanto la explosión en el aterrizaje como la violación de la licencia están siendo investigados por parte de la FAA.
La investigación requerida por la FAA del percance del séptimo vuelo de Starship del 16 de enero fue cerrada el pasado viernes día 28. No hubo lesiones públicas y se confirmó un informe de daños menores al lanzador en las Islas Turcas y Caicos, según la FAA
New Glenn-1
Port otra parte, la investigación exigida por la FAA sobre el accidente del New Glenn-1 de Blue Origin ocurrido el 16 de enero se cerró también el pasado viernes. No hubo heridos ni daños a la propiedad pública.
La FAA supervisó y aceptó las conclusiones de la investigación dirigida por Blue Origin. El informe final del accidente identificó como causa inmediata la incapacidad de la primera etapa del New Glenn para reiniciar los motores, lo que impidió la reentrada y provocó la pérdida de la etapa.
Blue Origin identificó siete acciones correctivas para evitar que el incidente se repita. La FAA verificará que Blue Origin implemente las acciones correctivas antes del lanzamiento de la misión New Glenn-2. El vehículo New Glenn de Blue Origin está autorizado a volver a volar siempre que se cumplan todos los demás requisitos de la licencia.