Un cohete Falcon 9 de SpaceX ha lanzado con éxito cinco satélites de reserva adicionales para la constelación de satélites de telecomunicaciones Iridium desde la base de lanzamientos espaciales de Vandenberg en California. La constelación completa fue desarrollada y fabricada por Thales Alenia Space, a la cabeza de un consorcio industrial.
Este lote de cinco satélites sucede a otros ocho lanzamientos exitosos que tuvieron lugar entre enero de 2017 y enero de 2019 para un total de 75 satélites Iridium, que ya constituyen un sistema totalmente operativo en órbita terrestre baja (LEO), a unos 780 kilómetros de altitud. Concretamente, la constelación funciona con 66 satélites, repartidos en seis planos orbitales, cada uno con once satélites, los cuales a partir de ahora contarán con el respaldo de 14 satélites de reserva también en órbita.
Thales Alenia Space, como contratista principal de la campaña Iridium NEXT, ha sido responsable de todas las operaciones de ingeniería, fabricación, aprovisionamiento e integración, así como de la validación en tierra y en órbita del funcionamiento global de la constelación. La producción en serie tuvo lugar en la planta de la empresa Northrop Grumman en Gilbert, Arizona, donde también se mantuvieron almacenados los cinco satélites.
Marc-Henri Serre, director de telecomunicaciones de Thales Alenia Space, declaró que “Thales Alenia Space ha venido trabajando codo con codo con Iridium en su constelación ampliada desde hace 13 años y hoy nos sentimos muy orgullosos de apoyar a la empresa en este aumento de resiliencia en beneficio de su negocio”.
La constelación Iridium representa lo más avanzado en cuanto a tecnología y flexibilidad. Proporciona una cobertura global con una infraestructura terrena reducida, esto gracias a que cada satélite se comunica con los cuatro satélites más cercanos, situados delante, detrás, a la derecha y a la izquierda. Los usuarios tendrán cobertura de Iridium y podrán comunicarse desde cualquier ubicación en tierra, mar o aire. Este tipo de acceso directo al satélite, ya sea para la transmisión o para la recepción, implica disponer de la capacidad de establecer una comunicación fiable en todo momento, incluso en caso de desastres naturales o de conflictos, en entornos aislados o para garantizar comunicaciones seguras y protegidas contra intrusiones o actos de piratería.