Un grupo de senadores estadounidenses cuestionó este miércoles la supervisión de la Administración Federal de Aviación (FAA) del 737 MAX de Boeing, ya que la agencia defendió la práctica de aplazar gran parte del proceso de certificación de nuevos aviones a los fabricantes.
En una audiencia del subcomité de Asignaciones del Senado, la presidenta del panel, la republicana Susan Collins y numerosos demócratas criticaron la interacción de la FAA con Boeing, diciendo que la agencia enfrentó la presión de la compañía para que su nuevo avión fuera aprobado a tiempo, según informa Reuters.
«Uno tiene que preguntarse qué ha sucedido con el compromiso (de seguridad de la FAA): si la escasez de recursos ha causado que la agencia sea demasiado respetuosa con el fabricante de la aeronave y si es realmente prudente en el caso de Boeing haber permitido que la empresa certifique 96 % de su propio trabajo«, ha afirmado Collins, citando un informe de los medios que encontró que» las preocupaciones de seguridad parecían ubicarse en segundo lugar a las preocupaciones de que Boeing pudiera cumplir con sus propios plazos «.
Por su parte, el administrador adjunto interino de la FAA, Carl Burleson, dijo al panel que si bien la práctica de delegar la autoridad desde hace mucho tiempo no es perfecta, no hubo problemas importantes. «El proceso fundamental de cómo certificamos el MAX fue sólido«, añadió.
Asimismo, Ali Bahrami, administrador asociado de la FAA para la seguridad de la aviación, le dijo al panel que su principal preocupación era la seguridad y no cualquier horario de Boeing.