La misión Proba-3, de la Agencia Espacial Europea (ESA) y liderada industrialmente por Sener, ha alcanzado un nuevo hito en su fase de puesta a punto en órbita: la ejecución exitosa de las primeras órbitas operacionales con todos los sensores de vuelo en formación activados y la confirmación del funcionamiento autónomo del sistema con las altas prestaciones esperadas.
Lanzada el pasado 5 de diciembre de 2024, Proba-3 tiene como objetivo demostrar la viabilidad del vuelo en formación de alta precisión entre dos satélites, una tecnología clave para futuras misiones científicas e institucionales. La misión, que integra a 29 entidades de 17 países, cuenta con el respaldo de empresas como Redwire, Airbus, GMV y Spacebel, además del apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
La complejidad de Proba-3 reside en la coordinación entre dos plataformas: el satélite Coronagraph, que aloja un coronógrafo para la observación de la corona solar, y el satélite Occulter, encargado de bloquear directamente la luz solar para permitir dicha observación. Ambas naves vuelan en una órbita elíptica altamente excéntrica, separándose hasta 60.000 kilómetros de la Tierra en el apogeo.
Durante las órbitas operacionales, los satélites se sitúan a 150 metros de distancia relativa con una precisión de apenas unos milímetros, lograda mediante un sistema avanzado de metrología que combina sensores ópticos, cámaras, láseres y tecnología integrada en el propio coronógrafo.
Operaciones autónomas en vuelo en formación
Las recientes pruebas realizadas desde el Centro de Control de ESEC (Redu, Bélgica), en colaboración entre ESA, Sener, Redwire y GMV, han validado con éxito la autonomía operativa del sistema de vuelo en formación. En esta fase, los satélites maniobran de forma autónoma para alinearse en la posición óptima durante seis horas consecutivas en el apogeo orbital, utilizando secuencialmente:
– Cámaras WAC y NAC del sistema visual (Visual-Based System)
– Sensor láser de precisión (Fine Lateral y Longitudinal Sensor)
– Sensor de posición de sombra integrado en el coronógrafo (Shadow Position Sensor)
Finalizado el período de formación, los satélites realizan maniobras automáticas para romper la configuración antes de alcanzar el perigeo. Todo el proceso se ejecuta sin intervención directa de los operadores, aunque actualmente permanece bajo supervisión intensiva.
Con este hito superado, el equipo se prepara para la última fase del commissioning, en la que se pondrá a prueba la tecnología de vuelo en formación con la obtención de imágenes de la corona solar, el objetivo científico principal de Proba-3. La misión permitirá validar un modelo tecnológico inédito hasta la fecha en Europa, con aplicaciones futuras tanto en misiones científicas como en actividades institucionales complejas en el espacio.
Tecnología europea, liderazgo español
Proba-3 se desarrolla bajo el Programa de Tecnología de Soporte General de la ESA (GSTP) y representa un ejemplo paradigmático de colaboración europea en alta tecnología espacial. La participación española, encabezada por Sener, ha sido posible gracias al compromiso continuado del CDTI y al posicionamiento de España en tecnologías críticas de navegación, control y metrología espacial.
El éxito de estas primeras órbitas operacionales sitúa a Sener y sus socios en la vanguardia del desarrollo de capacidades autónomas de vuelo en formación, una tecnología esencial para el futuro de las misiones espaciales científicas, de observación y de seguridad.