El programa Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado un paso crucial en la exploración espacial con su primer vuelo autónomo en formación, alineando dos satélites con el Sol sin control terrestre. Esta operación, llevada a cabo desde el Centro Europeo de Seguridad y Educación Espacial (ESEC) en Redu, Bélgica, ha marcado un hito en la navegación precisa en el espacio.
Proba-3 está diseñado para ser la primera misión de vuelo en formación de alta precisión. Sus dos satélites, el Coronógrafo y el Ocultador, vuelan separados por 150 metros y trabajan conjuntamente para crear un eclipse artificial. El Ocultador bloquea la luz del Sol, permitiendo que el Coronógrafo capture imágenes de la corona solar, la región exterior del Sol que es difícil de observar desde la Tierra.
En esta reciente operación, ambos satélites redujeron su distancia de 600 a 144 metros y lograron mantener su alineación con el Sol de forma autónoma durante varias horas, sin asistencia desde la Tierra.
Tecnología de navegación autónoma
El sistema de vuelo en formación de Proba-3 se basa en una combinación de sensores avanzados y algoritmos de control. Utiliza GPS para determinar la posición de cada satélite y una cámara de guiado visual que sigue un conjunto de luces LED en el Coronógrafo. Además, el enlace intersatelital permite que ambos dispositivos intercambien información sobre su ubicación relativa y realicen correcciones automáticas mediante pequeños propulsores.
“Este es un gran logro en la autonomía espacial”, destacó Damien Galano, director de la misión. “Proba-3 demuestra que es posible mantener una formación extremadamente precisa sin intervención humana directa.”
El éxito de esta operación refuerza el potencial del vuelo en formación para futuras misiones espaciales, desde observación astronómica hasta exploración planetaria y misiones de interferometría. Las tecnologías desarrolladas en Proba-3 podrían aplicarse en proyectos como la detección de exoplanetas o el estudio detallado de galaxias lejanas.
En las próximas semanas, el equipo de la ESA analizará los datos obtenidos para afinar los sistemas de navegación y planificar nuevas pruebas. Con este avance, Proba-3 se posiciona como un pionero en la exploración del espacio mediante sistemas autónomos de alta precisión.