Un “sistema alternativo de potencia para misiones al espacio profundo”, ideado por Patricia Revuelta, y una “valla frangible”, creada por Fernando Griñán, han sido galardonados con el “Premio innovación aeronáutica 2019” del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE).
Grandes misiones van a ser enviadas en los próximos años a Júpiter y sus lunas galileanas para su estudio, el problema es que estas misiones no pueden llevar grandes escudos de radiación por el gran aumento en peso. Una alternativa es enviar nanosatélites, “CubeSats”, para estas investigaciones ya que pueden llevar mayores escudos de radiación. El problema es que los paneles solares no son suficientes para el suministro energético; a no ser que se integren paneles solares enormes para misiones muy pequeñas.
La innovación planteada por la ingeniera aeronáutica, Patricia Revuelta, se centra en suministrar energía a los nanosatélites, “CubeSats”, utilizando el calor que los planetas generan, para convertirlo en movimiento mediante un motor térmico “Stirling”, transformar ese movimiento en impacto con una manivela y, el impacto, en electricidad con generadores piezoeléctricos.
El jurado ha valorado la excelente innovación planteada con esta técnica planteada en el proyecto fin de máster de Patricia Revuelta en la Universidad Europea de Madrid, y que podría ayudar a permitir que la exploración del espacio profundo sea mucho más accesible y asequible.
Por su parte, el ingeniero aeronáutico, Fernando Griñán, ha inventado una “valla frangible”, con modelo de utilidad patentado, que da solución a los requisitos normativos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que exige que todo elemento elevado fijo en el área de movimientos de los aeropuertos sea frangible.
En concreto, este diseño abre la posibilidad de vallar en campo de vuelos, con todas las garantías de Seguridad Operacional, todos los trabajos de obras y mantenimientos, las áreas críticas de las radioayudas, los recorridos peatonales, etc. conservando, garantizando y aumentando la seguridad. Con este nuevo diseño, se consigue no dañar la aeronave más de lo estrictamente necesario, así como oponer una resistencia calibrada de cara a minimizar los daños a pasajeros y a la propia aeronave.
La valla se compone del elemento vertical resistente, la propia valla, compuesta de largueros y alma de rejilla (para minimizar la carga de viento ante chorro motor), fabricada en elementos metálicos o poliméricos (fundamentalmente poliméricos ECO-friendly), y dos pies especialmente diseñados para el rodaje de vehículos sobre ellos y aseguramiento de la frangibilidad.
El jurado ha valorado que esta invención soluciona un problema existente: la imposibilidad de vallar en campos de vuelo de aeropuertos cumpliendo la normativa y en condiciones de seguridad, de una manera muy sencilla de implementar. Durante todo el desarrollo del equipamiento de aeropuertos en el siglo XX y XXI, se ha logrado hacer frangibles todas las balizas, postes portabalizas, letreros, torres, etc. a excepción de las vallas, las cuales son necesarias para realizar, entre otros, los cerramientos de obras y de áreas de mantenimiento.
El galardón se entregará el 20 de septiembre en el Instituto de la Ingeniería de España. El jurado está compuesto por miembros de la junta del COIAE/AIAE y de sus delegaciones, así como de representantes de la industria aeronáutica. Se han tenido en cuenta los siguientes indicadores: creatividad; beneficios del proyecto, técnicas innovadoras aeronáuticas aplicadas o por aplicar; impacto en la mejora de la ingeniería aeronáutica; uso de nuevas herramientas digitales; capacidad de continuidad en años venideros; posibilidad de importación fuera de España y un “business case” del proyecto.