Mark Sonoda ha sido designado director adjunto interino del programa de desarrollo de la órbita terrestre baja comercial (CLDP) de la Nasa. Con más de 34 años de experiencia en vuelos espaciales tripulados, Sonoda, que ha sido testigo de algunos de los momentos más cruciales de la agencia, desde la puesta en marcha de la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta el retiro del transbordador espacial, está preparado para ayudar a guiar a la Nasa a través de otro período monumental: la comercialización del espacio.
El nuevo rol de Sonoda le otorga oportunidades extraordinarias para dar forma al futuro de los vuelos espaciales tripulados. Si bien la Nasa ha mantenido una presencia destacada en la órbita terrestre baja desde 1961, Sonoda explicó cómo CLDP está “trabajando para establecer destinos comerciales en órbita terrestre baja propiedad de empresas privadas y operados por ellas, donde la Nasa es solo uno de los muchos clientes. Este cambio abrirá las puertas a aún más avances y beneficios para la humanidad”.
Sonoda planea aprovechar sus décadas de experiencia para respaldar el crecimiento del CLDP a medida que pasa de las primeras etapas de planificación a una fase más operativa. En concreto, aplicará su experiencia en ingeniería de sistemas y liderazgo para ayudar a certificar destinos comerciales en la órbita terrestre baja. Una de sus prioridades es garantizar que el equipo del programa esté preparado para el éxito con el personal, la infraestructura y los recursos adecuados para tener éxito a medida que crece.
La experiencia de Sonoda en la Nasa le ha proporcionado muchas lecciones valiosas, la más importante de las cuales es el poder del trabajo en equipo. Recuerda una ocasión en la que, como líder de entrenamiento en la estación, se dio cuenta de que incluso los planes mejor preparados se benefician de la colaboración en equipo. “Un buen equipo siempre será más fuerte que un individuo”, compartió, señalando que la fortaleza de la Nasa radica en su esfuerzo colectivo.
De cara al futuro, Sonoda prevé interesantes oportunidades para fomentar las asociaciones comerciales. Se muestra especialmente optimista en cuanto a que un mayor acceso al espacio para empresas privadas e individuos fomentará nuevas innovaciones y el interés público en la exploración espacial. Al mismo tiempo, reconoce que la Nasa debe adaptarse a su nuevo papel en la órbita baja terrestre, pasando de ser el principal impulsor de la exploración a convertirse en uno de los muchos clientes de un próspero ecosistema comercial.
Para la Generación Artemisa, Sonoda espera transmitir un legado de inspiración y resiliencia. “Espero dejar un futuro en el que los desafíos no se vean como barreras, sino como oportunidades para hacer del mundo un lugar mejor”.