El pasado domingo, casi 1.500 personas acudieron para ver el avión Super Guppy de la Nasa llegar al aeropuerto Mansfield Lahm de Ohio con la nave espacial Orion para la missión Artemisa I a bordo. El Guppy, que había viajado desde el Centro Espacial Kennedy de la Nasa, abrió su morro el lunes al amanecer revelando la nave espacial Orion en su interior, la cual fue transportada a la estación Plum Brook de la Nasa para su posterior análisis.
Un equipo de ingenieros y técnicos de Airbus, de la Agencia Espacial Europea (ESA), Lockheed Martin y la Nasa están listos para someter la nave espacial a simulaciones de condiciones espaciales extremas.
«Con las pruebas, haremos que los sistemas de la nave espacial funcionen y planifiquen para el futuro», dice Matthias Gronowski, ingeniero jefe del módulo de servicio europeo que Airbus está construyendo para la Nasa en nombre de la ESA.
Completado en dos fases dentro de la cámara de vacío más grande del mundo, las pruebas comenzarán con una prueba térmica, que durará aproximadamente 60 días, mientras que los sistemas de Orion se encienden en condiciones de vacío que simulan el entorno espacial.
Durante esta fase, la nave espacial estará sujeta a temperaturas extremas, que van desde -250 a 300 grados Fahrenheit, para replicar el vuelo dentro y fuera de la luz solar y la sombra en el espacio.
La segunda fase es una interferencia electromagnética y compatibilidad de prueba, que dura aproximadamente 14 días. Esta prueba asegurará que la electrónica de la nave espacial funcione correctamente cuando opere al mismo tiempo.
Después de completar con éxito ambas fases, regrresará al Centro Espacial Kennedy de la Nasa donde comenzará a integrarse en el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) para el lanzamiento de la misión Artemisa I.