Entre todos los desafíos que supone viajar y aterrizar con éxito en otros cuerpos espaciales, no se puede subestimar la recolección y el estudio efectivos de muestras de suelo y rocas. Para recolectar y analizar muestras de manera rápida y exhaustiva durante las próximas misiones Artemisa a la Luna y los futuros viajes a Marte y otros cuerpos planetarios, la Nasa probará una aspiradora espacial.
Se trata de un cambio de paradigma en las técnicas que permitirán obtener muestras de manera más rentable, realizar pruebas in situ con o sin supervisión de astronautas y permitir el regreso de datos de muestras en tiempo real a los investigadores en la Tierra.
Esa es la tarea planificada de una demostración de tecnología innovadora llamada Lunar PlanetVac (LPV), una de las 10 cargas útiles de la Nasa que volarán a bordo de la próxima entrega lunar para la iniciativa CLPS (Servicios de carga útil lunar comercial) de la agencia. LPV será llevado a la superficie por el módulo de aterrizaje lunar Blue Ghost 1 de Firefly Aerospace.
Desarrollado por Honeybee Robotics, una empresa de Blue Origin de Altadena, California, LPV es un sistema neumático de adquisición y entrega de muestras alimentado por gas comprimido, básicamente, una aspiradora que trae su propio gas. Está diseñado para recolectar y transferir eficientemente el suelo lunar desde la superficie a otros instrumentos científicos o contenedores de retorno de muestras sin depender de la gravedad. El cabezal de muestreo de LPV, asegurado al módulo lunar Blue Ghost, usará gas presurizado para remover el regolito lunar, o suelo, creando un pequeño tornado.
Si tiene éxito, el material de la nube de polvo que crea entonces se canalizará hacia un tubo de transferencia a través de los chorros neumáticos secundarios de la carga útil y se recogerá en un contenedor de muestras. Se espera que toda la operación autónoma tome solo unos segundos y mantiene los protocolos de protección planetaria. El regolito recolectado, que incluye partículas de hasta un centímetro de tamaño, se tamizará y fotografiará dentro del contenedor de muestras y los hallazgos se transmitirán a la Tierra en tiempo real.
El innovador enfoque para la recolección de muestras y las pruebas in situ podría resultar revolucionario, dijo Dennis Harris, quien administra la carga útil LPV para la iniciativa CLPS en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la Nasa en Huntsville, Alabama. “No es necesario excavar ni utilizar ningún brazo mecánico que se desgaste y requiera mantenimiento o reemplazo; funciona como una aspiradora”, dijo Harris. “La tecnología de esta carga útil CLPS podría beneficiar la búsqueda de agua, helio y otros recursos y brindar una imagen más clara de los materiales in situ disponibles para la Nasa y sus socios para fabricar hábitats lunares y plataformas de lanzamiento, ampliando el conocimiento científico y la exploración práctica del sistema solar en cada paso del camino”.
En el marco del modelo CLPS, la Nasa está invirtiendo en servicios de entrega comercial a la Luna para permitir el crecimiento de la industria y apoyar la exploración lunar a largo plazo. Como cliente principal de las entregas de CLPS, la Nasa aspira a ser uno de los muchos clientes de los vuelos futuros. El Centro de Vuelos Espaciales de la Nasa en Huntsville, Alabama, gestiona el desarrollo de siete de las diez cargas útiles CLPS transportadas en el módulo de aterrizaje lunar Blue Ghost de Firefly.