Los equipos técnicos de la Nasa están preparando el próximo intento en el ensayo general húmedo de Artemisa I, a la espera de la disponibilidad del campo y la restauración de propulsores y gases durante la prueba. A través de las últimas dos pruebas realizadas, los ingenieros lograron varios objetivos de prueba que prepararán a los equipos y sistemas integrados para el lanzamiento:
– Configurando Launch Pad 39B y el lanzador móvil para la prueba, igual habrá que prepararlo para el lanzamiento
– Liberación de personal y equipo de la plataforma de lanzamiento después de la configuración para continuar con la carga del propulsor
– Encendido de los sistemas de cohetes Orion y SLS en la configuración de lanzamiento, incluidos los propulsores de cohetes sólidos, la etapa central y la etapa de propulsión criogénica provisional
– Comprobación y verificación de la cuenta atrás de la nave espacial Orion y comando por parte de los controladores de vuelo en el vuelo espacial Johnson de la Nasa en Houston
– Comprobación del sistema de guía, navegación y control y todo el software integrado que opera en el cohete, Orion, los sistemas terrestres y los centros de apoyo en tierra, incluido el Centro de control de lanzamiento.
– Verificando y comprobando toda la seguridad de la gama y los sistemas con la gama
– Drenaje del oxígeno líquido y el hidrógeno líquido después de la prueba
– Apagar el cohete, la nave espacial y los sistemas terrestres y ponerlos en una configuración segura.
Todas estas actividades son necesarias para un lanzamiento exitoso o en caso de que los controladores de lanzamiento decidan no continuar con el lanzamiento si surge un problema técnico o meteorológico durante o antes de la cuenta atrás. Completar estos objetivos permitirá al equipo aprovechar la próxima oportunidad de prueba para concentrarse en ejecutar los objetivos restantes durante las operaciones dinámicas, como cargar el propulsor criogénico y trabajar durante la cuenta regresiva del lanzamiento.
Las inspecciones posteriores a la segunda prueba mostraron que la válvula de ventilación que prohibía al equipo continuar con la carga de hidrógeno líquido estaba configurada físicamente en una posición cerrada, lo que impedía que fuera comandada de forma remota a una posición abierta. Desde entonces, se ha corregido el posicionamiento de la válvula.
Los equipos también pudieron demostrar su capacidad para resolver varios problemas, como el clima severo, los retrasos en la puesta en marcha de una fuente de suministro de nitrógeno gaseoso proporcionada por un proveedor comercial y la reparación de sistemas como ventiladores que no funcionaban como se esperaba.
El cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la Nasa, la nave espacial Orion y los elementos del sistema terrestre de apoyo están todos en excelentes condiciones y en una configuración que respalda la próxima oportunidad.