El Departamento de Justicia (DoJ) de Estados Unidos investiga si un ex alto responsable de vuelos espaciales tripulados de la Nasa compartió “información indebida” con Boeing con ocasión de un concurso para el contrato de un proyecto de aterrizaje lunar, lo que llevó a la compañía a revisar su oferta, según informó The Wall Street Journal (TWSJ).
Una investigación del Gran Jurado, dirigida por la oficina del Fiscal del Distrito de Columbia, se centra en la comunicación a principios de año a propósito del contrato en cuestión. Los contactos, según diversos medios, involucrarían a Douglas Loverro, antes de que renunciara precipitadamente como responsable de los Programas de Exploración Tripulada de la Nasa el pasado mes de mayo, y Jim Chilton, vicepresidente senior de la División de Lanzamiento y Espacio de Boeing.
Como informó en su día Actualidad Aeroespacial, el pasado 19 de mayo, nueve días antes del histórico lanzamiento hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) de dos astronautas norteamericanos a bordo de la nave estadounidense Crew Dragon desde suelo de EEUU, por vez primera desde 2011, el responsable del programa tripulado de la Nasa, Douglas Loverro, repentina e incomprensiblemente presentó su dimisión “por motivos personales”, según manifestó en una carta dirigida a sus empleados.
Loverro había asumido cinco meses antes, concretamente el pasado 2 de diciembre el cargo de administrador asociado de Exploración y Operaciones Tripuladas (HEO). “Asumí tal riesgo a principios de año porque juzgué que era necesario cumplir nuestra misión. Ahora, a lo largo del tiempo, está claro que cometí un error en esa elección por la cual solo yo debo soportar las consecuencias. Y, por lo tanto, les escribo hoy para informarles que renuncié a la Nasa a partir del 18 de mayo de 2020”.
A raíz de ese efímero paso por el cargo, la inexplicable dimisión del mismo y el escrito de justificación, comenzaron a circular rumores de que Loverro había actuado incorrectamente durante la adquisición de un nuevo sistema de aterrizaje humano por parte de la Nasa para el programa Artemisa, una iniciativa para enviar a la primera mujer y al próximo hombre a la superficie de la Luna.
El año pasado, la Nasa convocó un concurso para que las empresas privadas presentaran diseños de módulos de aterrizaje que pudieran transportar astronautas hacia y desde la Luna. Según distintas informaciones, Boeing presentó una oferta, y ahora, los investigadores de la Fiscalía estadounidense se plantean si Loverro pudo ayudar a esa compañía en dicho concurso. Específicamente, la investigación está analizando si Loverro proporcionó información decisiva sobre el contrato a Jim Chilton, de Boeing, al margen de los canales legalmente establecidos.
Según TWSJ, Loverro, que no formaba parte del personal de contratación oficial de la Nasa, indicó a Chilton que Boeing estaba a punto de ser eliminado del concurso basándose en evaluaciones técnicas y de costes. Tras esa información, el constructor aeroespacial norteamericano presentó una propuesta revisada. La Nasa finalmente decidió que los cambios en la oferta rectificada llegaron demasiado tarde para ser considerados, y otras tres compañías -SpaceX, Blue Origin y Dynetics- ganaron los contratos en abril por un total de casi 1.000 millones de dólares.
El DoJ estadounidense ha enviado requerimientos a la Nasa, a Boeing y a Doug Loverro como parte de una investigación del gran jurado sobre la posible violación de las leyes federales de adquisiciones.