La adjudicación del contrato a Boeing por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, a través del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL), para el Sistema de Usuario de la Red de Operaciones de Reabastecimiento de Combate (CRONUS) ejemplifica el avance de las capacidades autónomas para el espacio de batalla operativo.
Administrado por el AFRL, el contrato CRONUS comprende dos iniciativas clave: la automatización de la pluma para el reabastecimiento en vuelo y la navegación relativa (RelNav), que permite a las aeronaves receptoras no tripuladas navegar en los puntos de encuentro para el reabastecimiento en vuelo. Estos avances permitirán a Boeing implementar la autonomía a gran escala con capacidades de reabastecimiento en vuelo de última generación para extender las misiones a entornos más disputados.
«Este es un buen ejemplo de la colaboración e inversión entre Boeing y la Fuerza Aérea para brindar capacidades de reabastecimiento aéreo de última generación al combatiente», dijo Sean Liedman, director interino de desarrollo comercial y estrategia de Boeing Defense, Space & Security.
El contrato se basa en la base de Boeing de desarrollo de capacidades de reabastecimiento aéreo autónomo para el KC-46A Pegasus tripulado y el MQ-25 Stingray no tripulado, incluidas las capacidades de reabastecimiento aéreo con pértiga autónoma demostradas en vuelo y las capacidades RelNav listas para reabastecimiento aéreo.
En virtud del contrato, Boeing desarrollará estas tecnologías desde el diseño de ingeniería de sistemas hasta la simulación, las demostraciones de laboratorio y las pruebas de vuelo de prueba de concepto. La inversión mutua entre Boeing y la Fuerza Aérea a través de los contratos CRONUS consolidará aún más el desarrollo y la reducción de riesgos de estas tecnologías de reabastecimiento aéreo autónomo, convirtiéndolas en un conjunto de sistemas con capacidades operativas para dar soporte a diversas combinaciones de aviones cisterna y receptores, incluyendo aeronaves tripuladas y no tripuladas.
El MQ-25 Stingray, el primer avión no tripulado de reabastecimiento aéreo de la Armada, es un ejemplo perfecto de innovación en el espacio aéreo. Diseñado para operar desde portaaviones, el MQ-25 proporcionará a la Armada estadounidense una capacidad crucial para ampliar el alcance y la autonomía de sus alas aéreas embarcadas. Gracias a su excepcional alcance para la navegación y el suministro de combustible autónomos, el MQ-25 permitirá a otras aeronaves permanecer en el aire durante más tiempo en el punto de ataque, mejorando su eficacia en combate. Esta capacidad aumenta la vital capacidad de misión de los cazas de ataque a bordo de portaaviones.
Con la creciente complejidad de la guerra moderna y las amenazas emergentes en todo el mundo, la necesidad de soluciones innovadoras para el reabastecimiento aéreo nunca ha sido tan crucial. La capacidad de Boeing para integrar capacidades evolutivas en las flotas actuales de aviones cisterna ayuda a garantizar que el ejército estadounidense pueda responder con rapidez y eficacia a los adversarios, a la vez que sienta las bases para el futuro de las operaciones de reabastecimiento aéreo y así mantener la ventaja.
Boeing está a la vanguardia en la integración de tecnologías de vanguardia en sus operaciones, garantizando que las Fuerzas Armadas de EEUU se mantengan a la vanguardia de las amenazas emergentes. «La innovación va más allá del diseño conceptual», afirmó Scott Jobe, director ejecutivo de desarrollo de negocio y estrategia de la división Phantom Works de Boeing. «Nos centramos en dotar a las fuerzas estadounidenses y sus aliados de una capacidad real y crucial en el espacio de batalla que les proporcione una ventaja decisiva sobre sus adversarios».