La Administración Federal de Aviación (FAA) de los EEUU está investigando los problemas de fabricación detectados en algunos aviones Boeing 787 Dreamliners, pero es demasiado pronto para decir si requerirá nuevas inspecciones.
Como adelantó este diario hace una semana, varias aerolíneas que operan aviones 787 Dreamliners de Boeing retiraron del servicio ocho de ellos tras descubrirse dos problemas de fabricación en su sección de fuselaje. Boeing anunció entonces que se había iniciado una investigación para dar con la causa de esos fallos y que había puesto el hecho en conocimiento de la FAA.
La FAA podría exigir inspecciones de unos 900 aviones B787 de los 1.000 entregados, según un informe interno del Gobierno al que tuvo acceso el diario norteamericano The Wall Street Journal.
«La agencia continúa interactuando con Boeing», dijo la FAA el domingo. «Es demasiado pronto para especular sobre la naturaleza o el alcance de las Directivas de aeronavegabilidad propuestas que puedan surgir de la investigación de la agencia».
Según Boeing, «se ha determinado que el resto de la flota en servicio cumple con la capacidad de carga límite y estamos inspeccionando los aviones para asegurarnos de que se resuelva cualquier problema antes de su entrega».
El constructor aeronáutico norteamericano comunicó a la FAA que un defecto detectado en los Dreamliners debido a la pérdida de calidad no representaría un riesgo de seguridad inmediato. Pero Boeing decidió a finales de agosto pedir voluntariamente a las aerolíneas que dejaran en tierra ocho de los aviones para reparaciones inmediatas debido a la combinación de ese defecto y un fallo en la línea de ensamblaje descubierto recientemente.
En un comunicado, un portavoz de Boeing dijo que la compañía identificó dos problemas de fabricación separados que, por sí solos, aún cumplían con las condiciones de carga límite. Pero cuando se combinan, “dan como resultado una condición que no cumple con nuestros estándares de diseño”