La agencia espacial europea (ESA), junto con la agencia espacial francesa (CNES), planean recortar costes en el puerto espacial europeo en Kourou, Guayana Francesa, reduciendo la dependencia de la red y haciendo la transición a fuentes de energía sostenible y renovable.
Estas nuevas fuentes de energía están destinadas a proporcionar el 90% de la electricidad consumida en las instalaciones para finales de 2025. Al lograr esto, el puerto espacial de Europa lograría antes los objetivos de la COP21 para combatir el cambio climático.
Actualmente, el puerto espacial europeo en Kourou absorbe hasta el 20% del suministro energético del país. Aproximadamente, la mitad de la energía en la base se usa para enfriar edificios, mientras que los procesos de propulsores sólidos y líquidos que consumen mucha energía absorben la mayor parte del resto. La factura anual es de varios millones de euros.
El plan de transición energética se basa en dos pilares principales: la introducción de campos solares (hasta 10 MW pico) que entregan el primer electrón a principios de 2023, seguido de dos unidades de biomasa, que entrarán en vigor en la misma fecha, con la intención de utilizar el calor residual para refrigeración de edificios. Esta combinación podría ahorrar alrededor de 50 GWh por año, reduciendo la huella de carbono en aproximadamente en 45.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2).
“Ampliar aún más el número de paneles aportaría energía adicional al puerto espacial para suplantar una red envejecida de la Guayana Francesa por energía 100% verde”, explicó Teddy Peponnet, director de proyecto de transición de CSG Renewable NRJ en el puerto espacial.
Peponnet asegura además que “en el futuro, la energía solar se utilizaría para recargar las pilas de combustible en el puerto espacial. Las unidades de biomasa, instaladas y operadas por un tercero, también complementarán la red de la Guayana Francesa. Un total de 250 empleados trabajará en el ciclo general de la biomasa, impulsando el empleo local”.