La Agencia Espacial Europea ha anunciado que EnVision será el próximo orbitador a Venus de la ESA, destinado a proporcionar una visión holística del planeta, desde su núcleo interno hasta la atmósfera superior, para determinar cómo y por qué Venus y la Tierra evolucionaron de forma tan diferente.
EnVision es la continuación de la misión Venus Express de la ESA, que tuvo lugar entre 2005 y 2014, que se centró principalmente en la investigación atmosférica, pero que también hizo descubrimientos espectaculares que apuntaban a posibles puntos calientes volcánicos en la superficie del planeta. Lo mismo que la nave espacial Akatsuki de la JAXA, que lleva estudiando la atmósfera desde 2015. Sin embargo, la nueva misión mejorará significativamente las imágenes de radar de la superficie obtenidas por la sonda Magallanes de la Nasa en la década de 1990. Trabajando conjuntamente con las próximas misiones DAVINCI+ (acrónimo de Deep Atmosphere Venus Investigation of Noble gases, Chemistry, and Imaging) y VERITAS (acrónimo de Venus Emissivity, Radio Science, InSAR, Topography, and Spectroscopy) de la Nasa, el trío de nuevas naves espaciales proporcionará el estudio más completo de Venus jamás realizado.
“Nos espera una nueva era en la exploración de nuestro vecino del sistema solar más cercano, y aun así tan diferente”, afirma Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA. “Junto con las recién anunciadas misiones a Venus dirigidas por la Nasa, dispondremos de un programa científico extremadamente completo en este enigmático planeta hasta bien entrada la próxima década”.
De este modo, el innovador paquete de instrumentos de EnVision estará equipado con una sonda para revelar las capas subterráneas y con espectrómetros para estudiar la atmósfera y la superficie. Los espectrómetros se encargarán de controlar las trazas de gases en la atmósfera y analizarán la composición de la superficie, buscando cualquier cambio que pueda relacionarse con señales de vulcanismo activo. Además, un radar proporcionado por la Nasa tomará imágenes de la superficie y la cartografiará. También, se llevará a cabo un experimento radiocientífico para sondear la estructura interna del planeta y su campo gravitatorio, además de investigar la estructura y composición de la atmósfera.
Los instrumentos trabajarán conjuntamente para caracterizar de la mejor manera posible la interacción entre los diferentes límites del planeta, desde el interior hasta la superficie y la atmósfera, proporcionando una visión global del mismo y de sus procesos.
“EnVision se beneficia de la colaboración con la Nasa, combinando la excelencia de los conocimientos europeos y estadounidenses en ciencia y tecnología sobre Venus, para crear esta ambiciosa misión”, afirma Günther. Además, “refuerza aún más el papel de Europa en la exploración científica del sistema solar. Nuestra creciente flota de misiones nos proporcionará a nosotros, y a las generaciones futuras, los mejores conocimientos sobre el funcionamiento de nuestro vecindario planetario, lo que resulta especialmente importante en una época en la que estamos descubriendo cada vez más sistemas de exoplanetas únicos”, completa el director de Ciencia de la ESA.
Por su parte, Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Nasa para la ciencia, comenta que “EnVision aprovecha los puntos fuertes del desarrollo de instrumentos de nuestras dos agencias; así, combinado con las misiones Discovery de la Nasa a Venus, la comunidad científica dispondrá de un conjunto potente y sinérgico de nuevos datos para comprender cómo se formó Venus y cómo cambiaron la superficie y la atmósfera a lo largo del tiempo”.
La misión ha sido seleccionada por el Comité del Programa Científico de la ESA el 10 de junio como la quinta misión de clase media dentro del plan Visión Cósmica de la agencia, cuyo lanzamiento está previsto para principios de la década de 2030.
El siguiente paso para EnVision es pasar a la “fase de definición” detallada, en la que se finaliza el diseño del satélite y de los instrumentos. Tras esta fase de diseño, se seleccionará un contratista industrial europeo para construir y probar EnVision antes de lanzarlo en un cohete Ariane 6. EnVisión tendrá su primera oportunidad en 2031, con otras opciones posibles en 2032 y 2033.
Se calcula que tardará unos 15 meses en llegar al planeta y otros 16 en lograr la circularización de la órbita mediante aerofrenado. Su órbita de 92 minutos será cuasipolar con una altitud de entre 220 y 540 kilómetros.