Space Applications Services, una empresa con sede en Bélgica, ha logrado un contrato de la Agencia Espacial Europea (ESA) para desarrollar la tecnología que se enviará a la Luna para producir oxígeno a partir del suelo lunar a través del proceso FFC.
Este proceso se ha desarrollado durante más de 30 años para aplicaciones terrestres. En su versión espacial, los materiales lunares de cualquier composición pueden introducirse en un baño de cloruro de calcio fundido para formar un cátodo. El proceso utiliza una celda electrolítica donde se aplica un potencial a través de la celda, que es lo suficientemente alto como para descomponer el cátodo (regolito lunar), generando directamente oxígeno puro en el ánodo que se puede utilizar para el soporte vital de la tripulación o para la producción de propulsor, mientras se obtiene metal útil en el cátodo con potenciales aplicaciones de fabricación futuras.
Space Applications liderará un conjunto de ocho empresas europeas e institutos de I+D+i en un consorcio que diseñará, desarrollará los sistemas FFC y, finalmente, los integrará y optimizará el proceso en el nuevo European Space Resources Centro de Innovación (ESRIC) en Luxemburgo. ESRIC, lanzado en noviembre de 2020, se convertirá en el centro de experiencia reconocido internacionalmente para los aspectos científicos, técnicos, comerciales y económicos relacionados con el uso de los recursos espaciales.
Actualmente, las naves espaciales deben transportar todo el oxígeno que necesitan, para propulsión o soporte vital, desde la Tierra para toda la misión. Permitir que las naves espaciales se “llenen” en el espacio con recursos de origen local, como el oxígeno, desempeñará un papel clave en la exploración del sistema solar durante las próximas décadas. La capacidad de extraer oxígeno de la superficie lunar permitirá la sostenibilidad de estos esfuerzos de exploración.