Después de dos cancelaciones en los días previos, el décimo vuelo de prueba de Starship despegó la pasada madrugada desde Starbase, Texas, y desplegó su primer lote de satélites simulados Starlink en el espacio, lo que representa un avance significativo en el desarrollo del primer vehículo de lanzamiento totalmente reutilizable del mundo. Se cumplieron todos los objetivos principales, lo que proporcionó datos cruciales para el diseño de la próxima generación de Starship y Super Heavy.
La prueba de vuelo comenzó con el Super Heavy despegando con éxito tras encender los 33 motores Raptor y ascendiendo sobre el Golfo de América. Tras el ascenso exitoso, se realizó una maniobra de puesta en marcha en caliente, en la que la etapa superior de la Starship encendió sus seis motores Raptor para separarse del Super Heavy y continuar el vuelo espacial.
A una media hora tras el lanzamiento y ya en el espacio, el sistema de despliegue de satélites de Starship desplegó por primera vez ocho satélites simulados Starlink.
Tras la separación de etapas, el cohete Super Heavy completó su combustión de retorno para dirigirse a una zona de amerizaje previamente planificada. El cohete descendió e inició con éxito su combustión de aterrizaje, desactivando intencionalmente uno de sus tres motores centrales durante las fases finales y utilizando un motor de respaldo del anillo central. El Super Heavy realizó un último vuelo estacionario sobre el agua antes de apagar sus motores y amerizar.
Starship completó un ascenso de duración completa y alcanzó la velocidad prevista, colocándose con éxito en una trayectoria suborbital. Se completó entonces el primer objetivo espacial, con ocho simuladores Starlink desplegados en la primera demostración exitosa de carga útil desde Starship. El vehículo completó entonces el segundo reencendido en el espacio de un motor Raptor, demostrando una capacidad clave para futuros arranques de desorbitación.
Al entrar en la fase crítica de reentrada, Starship pudo recopilar datos sobre el rendimiento de su escudo térmico y su estructura, ya que fue sometido a un esfuerzo intencionado para ampliar al máximo las capacidades del vehículo. Utilizando sus cuatro flaps como control, la nave espacial llegó a su punto de amerizaje en el Océano Índico, realizó con éxito un giro de aterrizaje y completó la prueba de vuelo con una quema de aterrizaje y un amerizaje suave.
A lo largo de una campaña de pruebas de vuelo, el éxito se seguirá midiendo por lo que podamos aprender, y la décima prueba de vuelo de Starship proporcionó datos valiosos al enfatizar los límites de las capacidades del vehículo y brindar máxima emoción durante el camino.