La misión Proba-3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) está a punto de revolucionar la tecnología espacial con su innovadora misión de vuelo en formación y observación solar. GMV está desempeñando un papel crucial en esta misión, desempeñando un papel fundamental tanto en el desarrollo de los sistemas embarcados como en las infraestructuras terrestres.
Proba-3 es una misión liderada por España a través de Sener en estrecha colaboración con un consorcio de 40 empresas de 16 países. La misión está formada por dos satélites (Coronagraph y Occulter), que volarán a una distancia de 150 metros, con el objetivo principal de demostrar la viabilidad de tecnologías avanzadas de vuelo en formación, lo que en este caso concreto supone la creación de una estructura sólida virtual en el espacio. De forma simplificada, se trata de crear un instrumento virtual con el objetivo científico de realizar observaciones detalladas de la corona solar bloqueando la luz del Sol con uno de los satélites, como si se tratara de un eclipse, para que el otro satélite pueda estudiar la corona sin interferencias.
GMV es responsable del Subsistema de Vuelo en Formación (FFS), el componente más innovador de la misión y uno de los más complejos y críticos. Este subsistema incluye el diseño, implementación y validación del software embarcado en un entorno de simulación que replica el ordenador de a bordo y las interfaces eléctricas. El FFS es el componente que mantiene la precisión y estabilidad necesarias entre los dos satélites, permitiéndoles funcionar como una estructura rígida virtual con precisión milimétrica en posición y precisión de arcosegundo en orientación.
GMV gestiona también los sistemas de monitorización y control de vuelo en las infraestructuras terrestres, denominados Sistemas de Dinámica de Vuelo. Este sistema engloba la determinación de órbita, la predicción de eventos y el cálculo de maniobras, asegurando que los satélites mantengan su formación durante toda la misión.
La colaboración internacional es clave para Proba-3. En el FFS, GMV en España colabora con Sener, responsable de la función de control de formación, y con la canadiense NGC Aerospace, responsable del subsistema de control de actitud y órbita (AOCS). GMV en Polonia también desempeña un papel clave, diseñando y validando la función embarcada para calcular el posicionamiento relativo basado en mediciones GPS.
Para presentar la misión en España, el 29 de octubre el Centro de Astronomía Espacial (ESAC) de Villanueva de la Cañada, Madrid, acogió un acto al que asistieron Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades; Juan Carlos Cortés, director de la ESA; Carole Mundell, directora de Ciencia de la ESA y directora de ESAC; y Luis Manuel Partida, alcalde de Villanueva de la Cañada, entre otras autoridades.
El evento contó también con una mesa redonda sectorial liderada por Diego Rodríguez, director de Espacio y Ciencia de Sener, en la que participó Mariella Graziano, directora de Desarrollo de Negocio Espacial de GMV. Durante su intervención, Mariella destacó que “Proba-3 abre un nuevo capítulo en la forma de actuar en el espacio. A partir de ahora, FFS permitirá crear estructuras virtuales a gran escala en el espacio, incluyendo instrumentos científicos, instrumentos de observación de la Tierra y antenas. Estas operaciones podrán realizarse de forma autónoma, es decir, los satélites implicados podrán actuar de forma independiente, calculando su posición y trayectoria respecto a su homólogo, sin el apoyo de un operador humano. Pero también podrán hacerlo de forma distribuida, de forma que los distintos componentes de la formación se adaptarán al comportamiento de los demás para garantizar un funcionamiento eficiente y seguro del instrumento virtual”.
La misión se lanzará próximamente desde la India y alcanzará un hito histórico: demostrará que es posible realizar vuelos en formación de alta precisión entre satélites en el espacio, al tiempo que permitirá realizar un importante trabajo científico creando un eclipse artificial para estudiar la corona solar.