La multinacional española GMV lidera el consorcio HAPSVIEW que tiene por objetivo demostrar el valor añadido de los HAPS (High Altitude Pseudo Satellites), pseudosatélites o plataformas aéreas que operan en la estratosfera, a los modelos de calidad del aire derivados de redes locales y observaciones satelitales.
El proyecto cuenta, además de con la empresa española, con el Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI), la empresa suiza SCEYE, desarrolladora del navegador LTA, y la empresa canadiense ABB, especializada en instrumentos de observación aeroportados.
En el estudio participan cuatro instituciones responsables del control, seguimiento, gestión y reporte de la calidad del aire: la Autoridad del Gran Róterdam y el Ayuntamiento de la ciudad, así como la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla.
Los pseudosatélites o HAPS (High Altitude Pseudo Satellites) operan a una altitud por encima de las líneas aéreas comerciales, de las fuertes corrientes de la circulación general atmosférica y la humedad de la troposfera. A grandes rasgos, los HAPS se ajustan a dos diseños estructurales: los planeadores, más pesados que el aire (HTA, Heavier Than Air), y los navegadores y globos, más ligeros que el aire circundante (LTA, Lighter Than Air). Su uso, complementario a las misiones satelitales, resulta promisorio para las telecomunicaciones y las aplicaciones de observación de la Tierra.
La relativa cercanía de los HAPS a la tierra presenta claras ventajas técnicas; estas plataformas permanecen en vuelo durante semanas o meses y retornan a la base para tareas de mantenimiento. La localización casi permanente de los LTA registra datos en modo video mientras que la movilidad de los HTA permite tomar datos del mismo objeto desde distintos ángulos de observación. La resolución espacial mejora notablemente por la menor distancia respecto de los objetos; la transmisión de datos goza de menor latencia en comparación, por ejemplo, con los satélites, incrementando la eficiencia de las unidades del segmento tierra. Además, frente a las estaciones de medición terrestre, puntuales y discretas, los HAPS registran los datos de forma continua, por ejemplo de la columna atmosférica o de la superficie marina, sin interferencias de la topografía.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha mostrado interés en el futuro de los HAPS mediante un estudio que estima la complementariedad de estas plataformas respecto a los satélites en la valoración de la calidad del aire. Por eso ha nacido HAPSVIEW, que se presentó en septiembre ante la comunidad científica reunida en el certamen ESA Phi-Week, un evento que explora las tecnologías de vanguardia en beneficio de las futuras misiones satelitales y servicios de observación de la Tierra.
La calidad del aire en Róterdam y Sevilla, como en el resto de ciudades europeas, presenta retos importantes para la salud pública y para el cumplimiento del Acuerdo de París, en el contexto de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que establece medidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En el transcurso del estudio, el consorcio identificará los requisitos de los usuarios respecto a los datos de calidad del aire en Róterdam y Sevilla, las plataformas de vuelo, la carga de pago, el segmento tierra y los requisitos de misión de HAPS. Además, también se analizará la regulación del espacio aéreo, los productos asociados a los datos observados y las sinergias con las misiones satelitales. Cualquier limitación o déficit de los HAPS se estudiará para plantear la evolución de estas plataformas.
La concienciación ambiental está cada vez más generalizada, no solo para garantizar el legado natural a las futuras generaciones, sino también por la salubridad de nuestros entornos urbanos actuales, teniendo en cuenta que 54% de la población mundial vive en áreas urbanas según el re-análisis de población urbana de Naciones Unidas de 2018.