En el contexto de la gestión de emergencias, GMV está llevando a cabo una evaluación del impacto del terremoto que sacudió Turquía y Siria en la madrugada del lunes pasado. Ya se considera el terremoto más mortífero de los últimos 10 años, con un balance de 33.000 fallecidos hasta el momento.
GMV utiliza imágenes ópticas de la más alta resolución para informar al Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (ERCC – Emergency Response Coordination Centre) de Protección Civil Europea de la situación de la población y las infraestructuras en varias ciudades afectadas (Gaziantep, İslahiye, Düziçi y Bahçe).
GMV está evaluando el impacto sobre la población y las infraestructuras de uno de los mayores terremotos de los últimos 10 años, recopilando toda la información a partir de imágenes de satélite de alta resolución. Estas imágenes muestran el reto al que se enfrentan los equipos de rescate y ponen de relieve la destrucción generalizada en ciudades y pueblos de toda la región. Zonas residenciales completamente dañadas, tiendas de campaña provisionales levantadas en campos de fútbol e intensos atascos en las carreteras, muchas de ellas cerradas, son ejemplos de lo que podemos ver realmente.
Toda esta acción se desarrolla en el marco del programa Copernicus, que mantiene operativos satélites y servicios de observación de la Tierra para apoyar la gestión y la toma de decisiones en diferentes áreas temáticas, concretamente en el ámbito de la gestión de emergencias. «GMV forma parte del equipo que está en alerta 24 horas al día, siete días a la semana, para responder a crisis como la que estamos viviendo ahora e informar a los equipos de búsqueda y rescate, así como a los responsables de la toma de decisiones y a otras partes interesadas, de la situación sobre el terreno», destaca Antonio Araujo, responsable de seguridad y emergencias de la división de Teledetección y Servicios Geoespaciales de GMV.
Desde un punto de vista más global, el programa Copernicus quiere conseguir un sistema autónomo de observación de la Tierra a través de una red de satélites, una red de estaciones terrestres de medición y medios aéreos, así como la generación de servicios de información. El objetivo es observar el planeta desde todos los puntos de vista posibles para comprender mejor los cambios que se producen en la Tierra y cómo influyen en nuestras vidas.
GMV es uno de los principales proveedores de infraestructuras para el programa Copernicus. Gestiona la integridad y el seguimiento de la arquitectura de la base de datos, el análisis de los datos que requieren las cadenas de servicios, así como la valorización de las tecnologías más adecuadas para mantener operativo todo el programa.