La agencia internacional de calificación crediticia Fitch Ratings ha revisado la perspectiva de calificación de “Estable” a “Negativa” en base a la incertidumbre regulatoria con respecto a la vuelta al servicio de los aviones B 737 MAX inmovilizados y la entrega de estos aparatos almacenados.
“La financiación necesario para la acumulación temporal de capital de trabajo y el riesgo de mayores concesiones a las aerolíneas, especialmente si la inmovilización del 737 MAX se extiende hasta las vacaciones de fin de año, presenta importantes desafíos”, a juicio de la agencia calificadora. Esa situación “también presenta dificultades para las relaciones públicas y el impacto en la reputación y la marca de Boeing será un elemento de vigilancia para el próximo año o más”.
Fitch cree que el 737 MAX seguirá siendo una preocupación en todo el sector de crédito aeronáutico hasta 2020. La situación del 737 MAX reducirá gran parte del colchón financiero que Boeing tiene en la calificación actual de «A», dejando a la compañía más expuesta a otros eventos imprevistos o desarrollos de la industria.
Además del 737 MAX, Boeing, a juicio de la agencia de calificación, tiene una agenda comprometida, que incluye la operación con el fabricante aeronáutico brasileño Embraer, el desarrollo del 777X, el eventual lanzamiento del Nuevo Avión del Mercado Medio (NMA) y varios aumentos de la tasa de producción planificada.
Fitch también espera que haya un impacto persistente en el margen operativo durante varios años después de que el 737 MAX vuelva al servicio. Otras preocupaciones incluyen varios juicios e investigaciones.