El pasado sábado falleció a los 88 años de edad el arquitecto británico Richard Rogers, cuyo estudio, junto con el del arquitecto madrileño de Antonio Lamela, también fallecido, diseñó la Terminal 4 y el Edificio Satélite T4S del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Lord Rogers, nacido en Florencia, Italia, hijo de un matrimonio anglo-italiano, se trasladó muy joven a Inglaterra donde se formó en la Architectural Association School of Architure en Londres, antes de graduarse con un master en Yale. Además de sus obras en el sector aeronáutico, como la T-4 de Barajas y la Terminal 5 del aeropuerto londinense de Heathrow, también diseñó el Centro Pompidou en París y el edificio Lloyd’s de Londres, el edificio Senedd en Cardiff y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, entre otros célebres edificios.
En 2020 y tras 43 años de carrera dedicada a la arquitectura en la que alcanzó las más altas metas, anunció su retirada. Además del reconocimiento de su ingente obra con la Medalla de Oro Real, recibió la Libertad de la Ciudad de Londres en la Guildhall Art Gallery en reconocimiento a su contribución a la arquitectura y el urbanismo.
En 2006, Rogers obtuvo el Premio Stirling por el proyecto de Barajas y un año después fue galardonado con el Premio Pritzker 2007, considerado el ‘Nobel’ de la arquitectura y dotado con 116.577 euros. Cuatro años más tarde, su Terminal 4 madrileña fue reconocida como mejor diseño del mundo por la prestigiosa revista ‘National Geographic Traveler’, que calificó a Barajas como “el aeropuerto perfecto”.
El proyecto del Gran Barajas empezó a tomar forma en abril de 1996. Once empresas participaron en un «concurso de ideas» para el diseño de la nueva terminal ganado por Rogers-Lamela. El proyecto se divide en cuatro grandes pilares: la construcción de una tercera pista, una terminal para darle servicio, un tren eléctrico que une las terminales y la construcción de dos carreteras entre Madrid y Barajas.
La T4 madrileña comprende una superficie de 470.000 metros cuadrados y otros 315.000 el Edificio Satélite. Completa el conjunto un estacionamiento para 9.000 vehículos, dividido en seis módulos de 1.500 plazas cada uno. El proyecto fue realizado en 1998 y su construcción finalizó en 2006
Como imagen de aeropuerto del siglo XXI, la nueva Terminal de Barajas se buscó que fuera operativa, sencilla, económica y funcional. El techo ondulante de bambú se presenta como un acompañante amable del pasajero en su recorrido por el interior de los edificios. El aspecto externo también es de ligereza y transparencia. Se pretendió crear una fuerte conexión visual entre el exterior y el interior. El aspecto interior de la Terminal persiguió el confort del viajero y potenciar su orientación mediante las variaciones cromáticas de los pilares en la zona de embarque de la T4S.