En 2022, las crisis con los proveedores de motores o componentes que sufre Airbus han caído a la mitad con respecto a las del año anterior. No obstante, esto no ha permitido a la compañía salir de las dificultades y lograr satisfacer la demanda tan exigente que hay actualmente. “Tenemos una demanda que somos incapaces de satisfacer. La demanda de volar, de nuevos aviones y de nuevas aerolíneas es de tal calibre que, como sector, ahora mismo estamos siendo incapaces de satisfacer”, explica Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus España.
«Ahora mismo, la demanda está un 20% por encima de la capacidad global de producción», ha asegurado el presidente, que ha resaltado que junto al aumento en la demanda impulsado por el crecimiento del mercado, los desafíos persistentes en la cadena de suministro están generando retrasos en las entregas. Asía, a pesar de una mejora considerable desde la crisis del Covid, la compañía aún enfrenta obstáculos con la entrega de materiales como el acero, los chips, el titanio y los motores.
El ejecutivo también destacó que algunos proveedores de tamaño mediano y pequeño, que recibieron apoyo financiero durante la pandemia, ahora lidian con dificultades económicas debido a niveles elevados de deuda. Estos proveedores buscaron recursos para continuar su expansión, lo que resultó en problemas financieros. En respuesta, la empresa está interviniendo para resolver estos problemas, ya sea ayudándoles con la adquisición de materiales o incluso comprándolos directamente.
Pero esta problemática entra dentro de la planificación de la compañía que busca acelerar sus tasas de producción. En concreto, el presidente de aviones comerciales de la compañía en España, Ricardo Rojas, ha anunciado planes ambiciosos para aumentar la producción de varios modelos de aviones. Se ha fijado el objetivo de incrementar la fabricación del modelo A350 de seis a 10 aparatos para el año 2025. Además, en el caso del A330, se proyecta aumentar la producción de tres a cuatro aviones en 2024. En relación al A320, Airbus tiene como meta elevar la producción de los actuales 55 aviones a 75 unidades para el año 2026.
“El incremento de la demanda se produce fundamentalmente en aviones de pasillo único, superando los valores que teníamos antes del Covid, hasta un 110%”, asegura el directivo. Aunque también comienza a producirse un incremento en los aviones de doble pasillo, todavía no se han alcanzado los valores que existían antes de la pandemia.
Así, a cierre del tercer trimestre, “la compañía está bastante alineada con la senda de crecimiento que tenemos prevista y nuestra prioridad es ser capaces de suministrar tantos aviones como la demanda exija e ir creciendo en este camino de crecimiento de cadencias”, comenta Gutiérrez.
Para ello, se están abriendo nuevas instalaciones a nivel mundial e incrementando plantilla, con más de 3.000 personas contratadas en 2023 y la previsión de crecer también en 2024 al mismo ritmo. En concreto, en España se han creado más de 1.000 puestos de trabajo este año, repartidos entre todas las áreas de negocio de la compañía, que cuenta con 13.000 empleados en España.
La sostenibilidad, otro eje de la compañía
El presidente de Airbus España abordó también el tema de los biocombustibles para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés). El directivo resaltó su eficacia como la vía más rápida para la descarbonización del sector, destacando la reducción de emisiones hasta en un 80%. Sin embargo, señaló que la oferta actual de estos combustibles no satisface la demanda existente, lo que resulta en costes elevados.
Gutiérrez anunció que están colaborando estrechamente con las aerolíneas y los gobiernos para generar una mayor demanda colectiva, creando así un ciclo positivo que impulse una mayor oferta y, consecuentemente, reduzca los precios.
El presidente de Airbus España también expresó su desacuerdo con la eliminación de vuelos de corta distancia como medida para reducir emisiones. Hizo un llamamiento a la Unión Europea para incentivar la producción de estos combustibles, enfatizando la necesidad no solo de avanzar en regulaciones para estimular su uso, sino también de proporcionar subsidios. Advirtió sobre el riesgo de una excesiva regulación, señalando que podría paralizar el progreso en el desarrollo y adopción de estos combustibles sin lograr los objetivos deseados en la reducción de emisiones. «Si se produce un exceso de regulación podemos morir, en perfecto estado de salud, pero morimos», explica el presidente.