Empleados de seguridad de la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU se enfrentan a una «fuerte» presión externa de la industria aeronáutica y temen represalias de sus propios jefes si plantean demasiadas preocupaciones de seguridad, según los resultados de una investigación que se entregó el pasado viernes al Congreso norteamericano y a la que tuvo acceso Reuters.
El informe proporciona munición a los críticos que argumentan después del doble trágico accidente del Boeing 737 MAX que el regulador de seguridad aérea de EEUU no ha hecho lo suficiente para aislar a los empleados de la presión de la industria aeronáutica.
Según dicha investigación, los empleados creen que los responsables de la seguridad aérea «pintaron» una imagen demasiado optimista «después de que los 737 MAX se estrellaran» y no reconocieron los cambios necesarios en las políticas y procesos relacionados con la seguridad de la FAA «.
El informe revela que muchos empleados de la seguridad aérea creen que «los altos responsables están demasiado preocupados por lograr los resultados orientados a los negocios de las partes interesadas de la industria y no son responsables de las decisiones relacionadas con la seguridad».
«Es completamente inaceptable que haya empleados que no tengan confianza en que sus preocupaciones de seguridad se tomen en serio«, dijo el viernes en una carta al Congreso el administrador de la FAA, Steve Dickson, quien asumió el cargo en agosto de 2019, agregando que la agencia se está moviendo para crear un Programa voluntario de informes de seguridad operacional: un «entorno no punitivo y confidencial que fomenta la notificación abierta de problemas e inquietudes de seguridad operacional de la aviación».
La FAA encargó la investigación después de anunciar planes en abril de 2019 para mejorar la cultura de seguridad después del segundo trágico accidente de Boeing. La agencia señaló que la investigación fue «diseñada específicamente para fomentar la retroalimentación sincera».
La investigación concluye que la percepción de los empleados de la FAA es que «nadie en la FAA ha asumido la responsabilidad o se ha hecho responsable» del 737 MAX”.