El satélite Cosmos 2553, lanzado por Rusia el 5 de febrero de 2022, dos semanas antes de la invasión de Ucrania, ha registrado lo que parece ser un giro errático durante el último año, según datos del radar Doppler de la empresa de seguimiento espacial LeoLabs y datos ópticos de Slingshot Aerospace compartidos con Reuters.
La inteligencia estadounidense cree que el satélite ruso secreto está conectado a un programa de armas antisatélite nucleares y parece estar girando sin control, lo que sugiere que podría haber dejado de funcionar. Esto supondría un revés para los esfuerzos de Moscú en materia de armas espaciales, según observadores estadounidenses.
Se cree que se trata de un satélite de radar para la inteligencia rusa, así como de una plataforma de pruebas de radiación. El año pasado, el satélite se convirtió en el centro de las acusaciones de Estados Unidos de que Rusia lleva años desarrollando un arma nuclear capaz de destruir redes de satélites enteras, como el vasto sistema de Internet Starlink de SpaceX que han estado utilizando las tropas ucranianas.
Las autoridades estadounidenses consideran que el objetivo del Cosmos 2553, aunque no es en sí mismo un arma, es ayudar a Rusia a desarrollar un arma nuclear antisatélite. Rusia ha negado que esté desarrollando tal arma y afirma que el Cosmos 2553 tiene fines de investigación.
El satélite Cosmos 2553 se encuentra en una órbita relativamente aislada a unos 2.000 kilómetros sobre la Tierra, estacionado en un punto caliente de radiación cósmica que los satélites de comunicaciones o de observación de la Tierra suelen evitar.
En el pasado mes de noviembre, LeoLabs detectó lo que parecían ser movimientos errantes del satélite utilizando mediciones de radar Doppler de su red global de estaciones terrestres. En diciembre, la empresa elevó su evaluación a «alta confianza» de que se estaba precipitando, basándose en datos adicionales de radar e imágenes del satélite tomadas por otra empresa espacial, según declaró a Reuters Darren McKnight, técnico superior de LeoLabs.
«Esta observación sugiere claramente que el satélite ya no está operativo», afirmó el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de expertos con sede en Washington, sobre el análisis de LeoLabs en su informe anual sobre amenazas espaciales, que se ha compartido con Reuters.