El satélite NISAR, fruto de la colaboración entre la Nasa y la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO), ha superado con éxito una prueba de 21 días en una cámara de vacío térmico en las instalaciones de ISRO en Bengaluru, India. Esta evaluación ha puesto a prueba la capacidad del satélite para funcionar en condiciones extremas similares a las del espacio.
Este hito representa un paso crucial para el satélite de radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés), diseñado para monitorizar la Tierra con una precisión sin precedentes. Con el objetivo de lanzarse a principios de 2024, este pionero proyecto conjunto escaneará periódicamente la mayor parte de la superficie terrestre, incluyendo tierra y hielo, cada 12 días, permitiendo el seguimiento de cambios en la superficie de hasta fracciones de pulgada.
La prueba de vacío térmico sometió al satélite a temperaturas extremas y al vacío espacial. Esto es parte de una serie de pruebas que garantizarán la resistencia del satélite a sacudidas, vibraciones y cambios térmicos, simulando las condiciones que enfrentará durante su lanzamiento y en el espacio. Este período de evaluación siguió a pruebas anteriores realizadas en septiembre en las que se evaluaron las antenas de radar del satélite en las instalaciones de ISRO. Ingenieros y técnicos de ISRO y JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA) trabajaron incansablemente durante las tres semanas, evaluando los sistemas térmicos del satélite y sus dos instrumentos científicos principales: los radares de banda L y banda S.
Una vez completadas con éxito estas pruebas, el satélite será equipado con paneles solares y un reflector de antena de radar de aproximadamente 40 pies (12 metros) antes de ser transportado al Centro Espacial Satish Dhawan para su montaje sobre el cohete Geosynchronous Satellite Launch Vehicle Mark II de ISRO y su envío a la órbita terrestre baja.
Esta colaboración única entre la Nasa e ISRO marca un hito significativo en el desarrollo conjunto de hardware para una misión de observación terrestre. El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa lidera la parte estadounidense del proyecto, proporcionando el radar SAR de banda L, mientras que ISRO aporta el autobús de la nave espacial y el vehículo de lanzamiento, entre otros componentes clave para el éxito de esta misión.