El lanzamiento del Explorador de Conexión Ionosférica (ICON) de la Nasa está programado para ser lanzado al aire sobre el Océano Atlántico el próximo día 9 con el cohete Pegasus XL de Northrop Grumman.
ICON y Pegasus despegarán a bordo del avión L-1011 Stargazer, también de Northrop Grumman de la compañía desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida para una ventana de lanzamiento de 90 minutos.
ICON es un satélite de 288 kilogramos que observará la interacción entre el clima terrestre y espacial en la atmósfera superior. Estudiar esa interacción puede ayudar a los científicos a predecir mejor los impactos de los fenómenos del clima espacial que pueden interrumpir las transmisiones de radio y navegación.
Programado inicialmente su lanzamiento para finales de 2017 desde el atolón Kwajalein en el Pacífico, fue aplazado hasta junio de 2018 debido a problemas con el sistema de separación del cohete. Mientras se dirigían a Kwajale para el lanzamiento en junio de 2018, los ingenieros detectaron datos “no normales” del cohete, lo que provocó un regreso a California.
La Nasa reprogramó el lanzamiento para noviembre de 2018 y se mudó a Cabo Cañaveral debido a un mejor acceso. Sin embargo, después de que el avión L-1011 del cohete despegó para un intento de lanzamiento el 7 de noviembre, los ingenieros nuevamente detectaron datos anormales del cohete y anularon el lanzamiento.
Ni la Nasa ni Northrop Grumman, fabricante del cohete, han revelado los detalles de la anomalía, aunque los técnicos de la agencia dijeron que estaba vinculada al sistema de control de las aletas del cohete. En la nueva declaración, la Nasa dijo que una investigación conjunta con Northrop estudió “el sensor Pegasus que no estaba dentro de los límites normales”, pero no se discutió con qué parte del vehículo estaba asociado ese sensor.