El satélite Copernicus Sentinel-1C se encuentra actualmente en Cannes y se somete a una serie de pruebas exigentes en preparación para su lanzamiento en 2023. El tercer miembro de la familia de radares Sentinel-1, parte del programa europeo Copernicus, continuará con la tarea crítica de entregar imágenes de radar clave de la superficie terrestre para una amplia gama de servicios y aplicaciones científicas.
El satélite completó con éxito todas las pruebas de integración este verano en Roma, seguidas de pruebas ambientales que incluyen vacío térmico y vibración mecánica. Este tipo de pruebas están diseñadas para reproducir las condiciones térmicas en órbita, así como el estrés mecánico y acústico que Sentinel-1 experimentará durante el lanzamiento.
El satélite ahora se encuentra en una serie final de pruebas en Cannes, en la planta de Thales Alenia Space en la Riviera francesa, incluido el despliegue de la antena de radar de apertura sintética (SAR), la compatibilidad electromagnética y las pruebas funcionales de radiofrecuencia en la cámara anecoica de la instalación. Estas pruebas se seguirán realizando hasta mediados o finales de noviembre.
Los próximos pasos serán guardar la antena del radar y luego desplegar las alas de los paneles solares y completar las pruebas de validación del sistema con el equipo de Ground Control en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) en diciembre.
David Bibby, responsable de carga útil de Copernicus Sentinel-1, asegura que “hemos sido testigos del despliegue de la antena de radar de apertura sintética Sentinel-1C en Thales Alenia Space en Cannes. Fue una vez más una demostración de la gran colaboración entre los equipos de la ESA, Thales y Airbus, que esperamos en Sentinel-1 y es fundamental para el éxito de la misión”.
Sentinel-1C está programado para despegar en el nuevo cohete Vega-C de la ESA desde el puerto espacial europeo en la Guayana Francesa en la primera mitad de 2023.
La ambiciosa misión Sentinel-1, que lleva tecnología de radar avanzada para proporcionar un suministro de imágenes de la superficie de la Tierra para todo tipo de clima, de día y de noche, no solo ha elevado el listón para el radar espacial, sino que también ha sentado las bases para Copernicus, el sistema de observación de la Tierra del programa espacial de la Unión Europea.
La misión Sentinel-1 beneficia numerosos servicios. Por ejemplo, los servicios relacionados con el seguimiento de la extensión del hielo marino del Ártico, la cartografía rutinaria del hielo marino, la vigilancia del entorno marino, incluido el seguimiento de derrames de petróleo y la detección de barcos para la seguridad marítima, el seguimiento de la superficie terrestre para detectar riesgos de movimiento, la cartografía para gestión y mapeo de bosques, aguas y suelos para apoyar la ayuda humanitaria y situaciones de crisis.
Con la misión diseñada para funcionar como un par de satélites, Sentinel-1C ocupará el lugar de Sentinel-1A en órbita. Sentinel-1B, cuya misión finalizó a principios de este año, eventualmente será reemplazada por Sentinel-1D.
En el próximo Consejo de la ESA a nivel ministerial en noviembre, la ESA buscará la siguiente fase de financiación para su Programa del Componente Espacial Copernicus. Este programa satisfará las necesidades de los usuarios actuales y potenciales de los datos de Copernicus y ayudará a acelerar los avances en los datos, la ciencia y la tecnología espaciales.
Este programa permitirá desarrollar los primeros satélites de Sentinel Next Generation (Sentinel-1 NG). La próxima generación proporcionará una continuidad mejorada de la misión Sentinel-1 actual y proporcionará datos con una resolución espacial más alta, polarización completa y un tiempo de revisita más corto, para satisfacer las necesidades de observación en áreas terrestres, costeras, de hielo y marítimas. Las aplicaciones operativas adicionales son la detección de barcos y la determinación de corrientes oceánicas.
Simon Jutz, director de la Oficina Espacial de Copernicus, comentó que “la próxima generación de Copernicus Sentinels garantizará la continuidad del Programa Copernicus, brindando datos de mayor resolución a sus usuarios y brindando los datos científicos que los legisladores necesitan para respaldar las estrategias compartidas de la UE. objetivos como el Green Deal”.
La directora de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Simonetta Cheli, explica que “con el Consejo de Nivel Ministerial de la ESA que tendrá lugar el próximo mes, estamos avanzando hacia una Europa más verde, autónoma e innovadora. El programa Copernicus, como el mayor proveedor de datos de observación de la Tierra, es fundamental para las propuestas de observación de la Tierra de la ESA y seguirá cobrando más importancia a medida que la crisis climática se agudice”.