Responsables políticos, organizaciones de consumidores, investigadores y representantes del sector aéreo se reunieron el pasado día 4 en el Parlamento Europeo en una conferencia de alto nivel organizada por la Asociación de Defensores de los Derechos de los Pasajeros (APRA), desde donde lanzaron un contundente llamamiento para proteger y reforzar el Reglamento europeo de derechos de los pasajeros aéreos 261/2004 (EC261), en pleno desarrollo de las negociaciones trilaterales.
Durante la apertura del evento, la eurodiputada Elżbieta Katarzyna Łukacijewska y el presidente de APRA, Tomasz Pawliszyn, advirtieron que la propuesta del Consejo Europeo de debilitar el EC261 supondría un retroceso grave tanto para los consumidores como para el sector de la aviación. Además, subrayaron que un reglamento que ha protegido con éxito a millones de pasajeros durante más de dos décadas no puede ser diluido.
Los ponentes principales, los eurodiputados Andrey Novakov, ponente del Parlamento, y Jan-Christoph Oetjen, reafirmaron que el umbral de retraso de tres horas es fundamental y no se negociará. Novakov advirtió que “sin acuerdo en este punto, no habrá revisión” y señaló que las negociaciones podrían prolongarse hasta 2026. Por su parte, Oetjen destacó que algunas aerolíneas buscan activamente evitar compensar a los pasajeros, lo que subraya la necesidad de reglas justas, transparentes y aplicables. El eurodiputado Arash Saedi añadió que las empresas que no actúen de manera justa “deben rendir cuentas”.
Los investigadores Hinnerk Gnutzmann y Piotr Śpiewanowski presentaron datos recientes que muestran que el EC261 reduce significativamente los retrasos largos y mejora la puntualidad. Según su estudio:
– Los vuelos en la UE tienen hasta un 70% menos de probabilidad de sufrir retrasos superiores a tres horas en comparación con EEUU.
– Las cancelaciones el mismo día son más de un 20% menores en la UE.
– Las mejoras en fiabilidad suponen a las aerolíneas un coste inferior a 1,73 euros por pasajero.
– Los investigadores advirtieron que la propuesta del Consejo Europeo podría eliminar los incentivos que han permitido estos avances.
BEUC y Euroconsumers subrayaron, en un debate conjunto con eurodiputados, la importancia de mantener fuertes derechos de compensación, especialmente ante la subida del coste de la vida, ya que muchos pasajeros solo pueden viajar una vez al año. También reclamaron reglas más claras sobre circunstancias extraordinarias y un trato justo del equipaje de mano.
Durante el debate entre grupos de consumidores, APRA y la asociación de aerolíneas A4E, surgieron tensiones sobre el impacto del EC261. A4E aseguró que el reglamento no ha evitado retrasos y genera un coste anual de 8.000 millones de euros. Los eurodiputados respondieron que ningún sistema puede funcionar sin costes y animaron a todas las partes a buscar soluciones equilibradas y justas para los pasajeros.
Datos de Lennoc muestran que la propuesta del Consejo privaría al 55‑90% de los pasajeros de sus derechos actuales en las principales aerolíneas, evidenciando el alcance de las posibles pérdidas.
Elisabeth Kotthaus, jefa de unidad de la Comisión Europea, destacó la necesidad de contar con datos más fiables, ofrecer información clara a los pasajeros, armonizar los plazos para presentar reclamaciones y reforzar el cumplimiento de todos los derechos de los pasajeros, no solo los de compensación. Subrayó que, si los sistemas funcionaran correctamente, no serían necesarias agencias de reclamaciones.
En su intervención final, el eurodiputado Novakov defendió un reglamento basado en evidencias y “humano”, que sitúe a los pasajeros en el centro. Animó a todos los implicados a colaborar y recordó que los derechos básicos deben ser significativos: “No podemos obligar a pagar por sentarse junto a tus hijos”.
Lucia Cegarra, experta legal de Flightright, afirmó: “Flightright apoya plenamente los esfuerzos del Parlamento Europeo para proteger y reforzar los derechos de los pasajeros aéreos en la UE. El EC261 ha demostrado su valor durante más de 20 años, y debilitarlo sería un retroceso para millones de viajeros. El umbral de tres horas y unas normas claras de compensación deben mantenerse innegociables. Los pasajeros merecen derechos sólidos, reglas claras y un cumplimiento efectivo”.











