Investigadores de la Nasa y el Departamento de Energía (DOE) de los EEUU han probado tecnologías clave para desarrollar un reactor de fisión nuclear que podría alimentar un puesto avanzado de astronautas en la Luna o Marte. Las pruebas demuestran que las agencias podrían construir un sistema «seguro, fiable y eficiente» para cuando la Nasa lleve astronautas a la Luna.
En una presentación al Comité de Tecnología, Innovación e Ingeniería del Consejo Asesor de la Nasa la pasada semana, responsables de la agencia espacial anunciaron la publicación de una solicitud de propuestas a finales de este mes o principios de octubre para la primera fase de su esfuerzo de Fission Surface Power.
Un reactor de fisión funciona dividiendo átomos y liberando energía en forma de calor, que se convierte en electricidad. La idea de utilizar energía nuclear en el espacio se remonta a casi hace medio siglo, cuando se consideró para proporcionar propulsión a través del Proyecto Orion.
En la década de 1960, la Nasa desarrolló una serie de reactores nucleares espaciales compactos y experimentales bajo el programa Systems Nuclear Auxiliary Power. Pero las preocupaciones por la seguridad pública y un tratado internacional que prohíbe la energía nuclear en el espacio detuvieron el desarrollo.
Ahora se está considerando la energía nuclear para las misiones lunares y a Marte porque, a diferencia de las alternativas como la energía solar, puede proporcionar energía constante, una necesidad para los sistemas de soporte vital humano, los rovers de recarga y la extracción de recursos. Los sistemas de energía solar también requerirían el uso de dispositivos de almacenamiento de energía como baterías o celdas de combustible, agregando masa no deseada al sistema. La energía solar es aún más limitada porque la Luna permanece oscura hasta 14 días seguidos y tiene cráteres profundos que pueden oscurecer el sol. Marte está más lejos del sol que la Tierra o la Luna, por lo que se puede recolectar menos energía solar allí.
El nuevo sistema de energía nuclear es parte de un proyecto de la Nasa iniciado en 2006, llamado Fission Surface Power, que está examinando pequeños reactores diseñados para su uso en otros planetas. Si bien la energía nuclear sigue siendo controvertida, los investigadores dicen que el reactor estaría diseñado para ser completamente seguro y estaría enterrado a una distancia segura de los astronautas para protegerlos de cualquier radiación que generaría.