El Departamento de Justicia (DOJ) de EEUU ha solicitado al constructor aeronáutico canadiense Bombardier información y documentos relacionados con contratos y pedidos de la aerolínea Garuda Indonesia. Tales acuerdos, que tuvieron lujar hace nueve años, están siendo investigados también por la Oficina de Fraudes Graves (SFO) del Reino Unido por sospechas de soborno y corrupción.
La pasada semana, Bombardier reveló, con ocasión de la publicación de sus resultados del primer trimestre, que había recibido en febrero una solicitud del Departamento de Justicia estadounidense con relación a transacciones con la aerolínea de bandera de Indonesia, incluida la adquisición y arrendamiento de aviones Bombardier CRJ1000 en 2011 y 2012.
La aerolínea indonesia compró al fabricante canadiense hace nueve años seis aviones CRJ1000 NextGen por un valor de 297 millones de dólares con opción a compra de otros 18 aparatos. Ambas compañías anunciaron conjuntamente la operación durante una conferencia de prensa organizada en el marco del Salón Aeronáutico celebrado en Singapur.
Este diario informó el pasado mes de noviembre que la SFO británica estaba investigando al fabricante aeronáutico canadiense por sospechas de soborno y corrupción relacionadas con la compraventa de esos aviones a la compañía indonesia.
Bombardier abrió una investigación interna después de que un tribunal de Yakarta condenara a un ex CEO de Garuda a ocho años de prisión y una multa de 1,4 millones de dólares por delitos de soborno y lavado de dinero con ocasión de la compra de aviones y motores a varios fabricantes, entre ellos, al fabricante canadiense. Pero ni Bombardier ni ninguno de sus empleados fue acusado por el tribunal indonesio, según dijo la pasada semana la compañía.
Bombardier está colaborando con la SFO británica y el DOJ estadounidense en sus investigaciones, según explicó el CEO de la compañía, Eric Martel.