Después de los dos graves accidentes que ocasionaron la muerte de 346 personas, los seis meses de inmovilización de los 737 MAX en todo el mundo y los peores resultados económicos de su historia más que centenaria, el constructor aeronáutico norteamericano se prepara para la vuelta al servicio de su avión más vendido y que más dolores de cabeza ha producido en los últimos tiempos.
A pesar de todas las dificultades surgidas a lo largo del último medio año, Dennis Muilenburg no ha cambiado sus predicciones. El CEO de Boeing todavía espera un retorno al servicio del 737 MAX al «comienzo del cuarto trimestre de este año”, es decir, piensa seguramente en el próximo mes de octubre. Aunque admitió la incertidumbre del calendario en relación con las diversas solicitudes de las autoridades internacionales del transporte aéreo, según manifestó la pasada semana en una reunión con inversores en Laguna Beach, en California.
Según Dennis Muilenburg, el regreso al servicio del 737 MAX podría tener lugar por etapas. Existe la posibilidad de un levantamiento gradual de la prohibición mundial de sus vuelos que empezaría por EEUU sin el apoyo de los reguladores extranjeros. Se basa esta hipótesis en las diferencias registradas entre éstos, recientemente denunciadas por el CEO de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac, y por el clima de desconfianza hacia la Administración Federal de Aviación (FAA) norteamericana, de la que se sospecha su complacencia con Boeing.
El fabricante norteamericano ha pasado meses trabajando en la actualización del software de control de vuelo enfocado como causa de los accidentes de los B737 MAX de Lion Air y de Ethiopian Airlines, con la esperanza de obtener la aprobación de la FAA para que los aviones vuelvan a volar entre octubre y diciembre de este año. Aún están finalizando las actualizaciones del software de control de vuelo, que será seguido por vuelos de prueba de certificación. Las autoridades federales dicen que esto podría ocurrir para octubre y que la FAA no diera luz verde para reanudar los vuelos hasta noviembre.
Según Reuters, los pilotos de Boeing y de la FAA han estado probando el software actualizado durante meses y la FAA está invitando a los pilotos de las aerolíneas con aviones 737 MAX para que también realicen pruebas. Esas pruebas deberán completarse antes de que el avión reciba la aprobación de la FAA para regresar al servicio.
La Junta de Normalización de Vuelo de la FAA que determina los requisitos de capacitación de pilotos de EEUU debe emitir nuevas recomendaciones sobre qué tipo de capacitación se necesita antes de que las aerolíneas de EEUU puedan volar pasajeros en el 737 MAX nuevamente. El informe final se espera para este mes y tendrá un período de 30 días para comentarios y alegaciones de aerolíneas y pilotos.
Dentro de la factoría del 737 MAX de Boeing en Renton, Washington, al sur de Seattle, los técnicos han montado kits de herramientas dedicadas a los encargados de instalar actualizaciones de software y preparar más de 500 aviones que han estado inactivos durante meses.
En todo el mundo, los equipos de Boeing están elaborando calendarios de entregas y condiciones financieras con clientes de líneas aéreas que se han visto obligados a cancelar vuelos, eliminar rutas y volar aviones viejos mientras esperan el regreso del 737 MAX. El fabricante norteamericano cuenta con un plan detallado para la producción, el mantenimiento y la entrega que, según ha sabido Reuters, incluye a más de 1.500 ingenieros, tantos como sea necesario para diseñar un nuevo avión.
El ingeniero jefe de Boeing Commercial Airplanes, John Hamilton, calificó la movilización nunca registrada hasta ahora como un elaborado «ballet», que incluye la sincronización de 680 proveedores de todo, desde frenos de carbono hasta cinturones de seguridad de los pilotos.
Boeing tendrá que hacer malabarismos con la entrega de dos categorías de aviones 737 MAX diferentes: unos 250 fabricados desde el inicio de la inmovilización y estacionados en varias instalaciones, y aquellos que saldrán de la línea de producción después del levantamiento de la prohibición.
Por otra parte, las aerolíneas gestionarán una tercera categoría que implica el regreso al servicio de 387 aviones inmovilizados desde marzo, aunque Boeing ya ha desplegado equipos en todo el mundo para ayudar a las empresas a prepararse para ese proceso.