China lanzó este domingo un grupo de satélites de detección remota al espacio desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Taiyuan, en la provincia de Shanxi, en el norte de China, a bordo de una versión modificada del cohete Larga Marcha-6. El grupo de satélites Yaogan-40 02 entró con éxito en la órbita planificada, según el centro de lanzamiento, tal como recoge la agencia Xinhua.
El satélite, desarrollado por la Quinta Academia de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC), está diseñado para llevar a cabo tareas de detección del entorno electromagnético y experimentación técnica. Su integración se realizó bajo estrictas condiciones ambientales y con una planificación milimétrica para evitar interferencias meteorológicas, según confirmó el equipo de pruebas de la misión.
El cohete utilizado pertenece a la versión mejorada del Larga Marcha 6, desarrollada por la Octava Academia de CASC. Se trata del primer lanzador de tamaño medio de China que combina propulsión sólida y líquida, configurado en dos etapas y media. La primera y segunda etapas utilizan queroseno y oxígeno líquido como propelentes, una solución más limpia en comparación con los combustibles hipergólicos utilizados en modelos anteriores.
Con una capacidad de carga útil de hasta 6,5 toneladas en órbita heliosincrónica a 500 kilómetros de altitud, esta versión del Larga Marcha 6 refuerza la versatilidad del sistema, gracias a su diseño modular que permite adaptarse rápidamente a cambios de carga útil y configurar diferentes carenados y adaptadores.
Optimización operativa en un calendario ajustado
La misión se enmarca en un contexto de alta cadencia de lanzamientos en China, que ha obligado a perfeccionar los procedimientos en el centro de lanzamiento. En este caso, se aplicó con éxito una ventana de preparación y prueba de tan solo 14 días, en línea con el objetivo de aumentar la eficiencia sin comprometer la seguridad.
Además, el equipo de desarrollo ha implementado una arquitectura de diseño que permite reducir a seis meses el tiempo de adaptación del lanzador ante nuevas cargas útiles, lo que abre la puerta a una operativa mucho más ágil y flexible.
Este vuelo marca el lanzamiento número 574 de un vehículo de la familia Larga Marcha, subrayando el papel central de esta serie en el programa espacial chino y su continua evolución hacia soluciones más limpias, eficientes y adaptables.