Boeing se está sometiendo a una investigación independiente de sus prácticas éticas y de cumplimiento en virtud de un acuerdo firmado con la Nasa y la Fuerza Aérea de EEUU, al que tuvo acceso la agencia Reuters, tras el escándalo surgido con ocasión de un concurso para el contrato de un proyecto de aterrizaje lunar tripulado convocado por la agencia espacial norteamericana.
El acuerdo, según Reuters, fue firmado el pasado mes de agosto, justo cuando se hizo público, como informó este diario, que el Departamento de Justicia (DoJ) de EEUU estaba investigando si el ex responsable del programa tripulado de la Nasa, Douglas Loverro, indicó a Jim Chilton, vicepresidente senior de la División de Lanzamiento y Espacio de Boeing, que el proyecto presentado por su empresa estaba a punto de ser eliminado del concurso basándose en evaluaciones técnicas y de costes.
Al parecer, tras esa información, el constructor aeroespacial norteamericano presentó una propuesta revisada. La Nasa finalmente decidió que los cambios en la oferta rectificada llegaron demasiado tarde para ser considerados, y otras tres compañías -SpaceX, Blue Origin y Dynetics- ganaron los contratos en abril por un total de casi 1.000 millones de dólares.
Como informó en su día Actualidad Aeroespacial, el pasado 18 de mayo, diez días antes del histórico lanzamiento hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) de dos astronautas norteamericanos a bordo de la nave estadounidense Crew Dragon desde suelo de EEUU, por vez primera desde 2011, el entonces responsable del programa tripulado de la Nasa repentina e incomprensiblemente presentó su dimisión “por motivos personales”, según manifestó en una carta dirigida a sus empleados.
Loverro había asumido cinco meses antes, concretamente el pasado 2 de diciembre el cargo de administrador asociado de Exploración y Operaciones Tripuladas (HEO). “Asumí tal riesgo a principios de año porque juzgué que era necesario cumplir nuestra misión. Ahora, a lo largo del tiempo, está claro que cometí un error en esa elección por la cual solo yo debo soportar las consecuencias. Y, por lo tanto, les escribo hoy para informarles que renuncié a la Nasa a partir del 18 de mayo de 2020”.
A raíz de ese efímero paso por el cargo, la inexplicable dimisión del mismo y el escrito de justificación, comenzaron a circular rumores de que Loverro había actuado incorrectamente durante el proceso de contratación de un sistema de aterrizaje lunar tripulado por parte de la Nasa para el programa Artemisa, una iniciativa para enviar a la primera mujer y al próximo hombre a la superficie de la Luna.
Al aceptar ahora el acuerdo sobre «Mejoras del Programa de Cumplimiento», Boeing evita las consecuencias más duras de la Nasa y la Fuerza Aérea estadounidense, los principales clientes de su división espacial, como ser suspendido o excluido de licitar en futuros contratos espaciales.
El acuerdo exige que Boeing pague a un «experto externo» para evaluar sus programas de ética y cumplimiento y revisar los procedimientos de capacitación para ejecutivos que se relacionan con funcionarios gubernamentales, citando «preocupaciones relacionadas con la integridad de las adquisiciones» con ocasión del concurso para el contrato del Sistema de Aterrizaje Lunar Tripulado de la Nasa.
Desde que Loverro dimitió en mayo, Boeing despidió a un abogado de la compañía y a un grupo de empleados de nivel medio, dijeron a Reuters varias fuentes próximas a estos hechos. Boeing también ha revisado sus procedimientos internos de la Ley de Integridad de Adquisiciones y ha distribuido nuevos materiales de capacitación a los empleados, conforme al acuerdo firmado.
El acuerdo exige también que Boeing se reúna trimestralmente con funcionarios de la Nasa y la Fuerza Aérea hasta 2022 para proporcionar actualizaciones sobre sus esfuerzos de mejora de la ética y el cumplimiento. El acuerdo y la investigación penal se derivan del esfuerzo de exploración espacial más ambicioso de la Nasa: enviar de nuevo astronautas a la Luna para 2024 bajo un calendario acelerado establecido por la administración Trump en 2019.