Bélgica se prepara para reforzar su posición en el programa FCAS (Futuro Sistema de Combate Aéreo), la iniciativa de cooperación entre Francia, Alemania y España que busca desarrollar el sistema de combate aéreo de nueva generación. Aunque actualmente participa únicamente como observador, el Gobierno belga ha anunciado su intención de convertirse en socio pleno a partir de la próxima fase de desarrollo, prevista para el periodo 2026-2030.
En el marco del plan estratégico STAR, Bélgica ha asignado un presupuesto de 300 millones de euros para facilitar su incorporación formal como socio con plenos derechos en esta fase. El objetivo es integrarse de forma activa en el desarrollo de las capacidades futuras del sistema SCAF, cuya concepción responde a un enfoque de sistema de sistemas, en el que el caza de nueva generación (C-28) es solo uno de los elementos previstos.
El coste estimado para esta fase de desarrollo asciende a unos 5.000 millones de euros para el conjunto de los socios. Más allá de 2030, y previsiblemente hasta 2040, el desarrollo operacional del programa requerirá inversiones adicionales que se sitúan en una horquilla de entre 40.000 y 50.000 millones de euros por parte de los países participantes.
El Gobierno belga ha confirmado que solicitará formalmente al consorcio industrial del FCAS su inclusión como socio pleno lo antes posible. Esta decisión está motivada no solo por las capacidades militares que el programa puede ofrecer, sino también por la expectativa de obtener un retorno en términos de valor añadido para la economía nacional, en particular en lo que respecta a la consolidación y fortalecimiento de la base industrial y tecnológica de defensa belga.
En lo que respecta a la financiación, Bélgica ya había previsto recursos presupuestarios para su participación en la segunda fase de desarrollo, que se prolongará hasta 2030. Para la tercera fase, a partir de esa fecha, el Gobierno contempla asignar nuevos fondos dentro del marco de la futura ley de programación militar, en el capítulo relativo a los grandes programas de participación de la Dirección General de Recursos Materiales (DIRS).
Con esta estrategia, Bélgica refuerza su apuesta por integrarse en los principales proyectos europeos de defensa y por afianzar su papel en el desarrollo de capacidades tecnológicas de vanguardia en el ámbito aeroespacial.