Amazon ha reanudado las operaciones de entrega con drones tras una breve pausa voluntaria para introducir mejoras técnicas en su flota Prime Air. El MK30, su dron de última generación, ya está operando comercialmente en zonas seleccionadas de Arizona y Texas, después de recibir la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA).
La compañía suspendió temporalmente los vuelos para reforzar uno de sus sensores de altitud, tras detectar que ciertos factores ambientales, como la alta presencia de polvo en Phoenix, podían afectar puntualmente sus lecturas. No se registraron incidentes de seguridad, pero Amazon decidió aplicar el principio de precaución. “La seguridad es, y seguirá siendo, nuestra máxima prioridad”, afirmó Phil Hornstein, responsable de seguridad de sistemas en Prime Air.
El MK30 no es un simple prototipo. Se trata de un vehículo aéreo no tripulado con arquitectura robusta, autonomía reforzada y un nivel de ruido reducido a la mitad respecto a sus predecesores. Desarrollado para operar en entornos urbanos y rurales, ha superado ya 5.166 vuelos de prueba, acumulando más de 900 horas de operación real.
El equipo de ingeniería ha aplicado un enfoque multidisciplinar para evaluar la seguridad del sistema, adaptando estándares de aviación (como el ARP4761), técnicas de la industria automotriz, y criterios de pruebas empleados en vehículos autónomos y sistemas militares. Esto ha permitido eliminar puntos de fallo único, diversificar fuentes de alimentación y desarrollar sistemas de respaldo automáticos.
Ensayos extremos y realistas
La validación de la seguridad del MK30 se ha basado en una amplia batería de pruebas. Entre ellas, los ensayos MEP out, en los que se simula el fallo de un motor, controlador o hélice durante diferentes fases del vuelo, así como switchover tests para comprobar el traspaso de control a ordenadores de vuelo redundantes en caso de error crítico.
Además, se han diseñado ejercicios de evasión de obstáculos y de integración segura en el espacio aéreo compartido, con vuelos controlados de aviones y helicópteros hacia el dron para probar sus sistemas de detección y maniobra evasiva. “Hemos ejecutado muchos, muchos vuelos con diferentes ángulos, velocidades y trayectorias”, subrayó Adam Martin, jefe del área de pruebas de vuelo y seguridad.
El sistema de navegación de Prime Air genera modelos 3D detallados de la zona de entrega, evitando elementos como edificios o tendidos eléctricos. Antes del descenso, el dron analiza el lugar de aterrizaje en busca de obstáculos. Si detecta uno, como un juguete infantil, puede abortar automáticamente la entrega, suspendiéndose a 3,5 metros de altura.
Este enfoque también se aplica en la formación del personal: todos los operadores siguen protocolos estandarizados de revisión antes y después de cada vuelo. La fiabilidad del sistema no solo depende del hardware, sino también del factor humano y del análisis predictivo.
Amazon insiste en que la obtención de certificaciones no es el final del proceso de prueba, sino el inicio de una fase continua de mejora. El desarrollo del MK30 ejemplifica el compromiso de la compañía con una integración aérea segura, sostenible y alineada con las expectativas regulatorias más exigentes.
Con esta nueva generación de drones, Amazon no solo busca acortar los tiempos de entrega. Está construyendo una infraestructura aérea adaptada a los retos del entorno operativo, anticipando riesgos y consolidando un modelo de entrega autónoma de alta fiabilidad.