Airbus y Dassault Aviation podrían haber llegado a un principio de acuerdo sobre los controles de vuelo del futuro avión de combate europeo FCAS, uno de los puntos más controvertidos en la negociación de la fase 1B entre ambos socios. Pero ese acuerdo, ¿despejará las turbulencias que desde hace tiempo se presentan sobre este proyecto de la industria militar de España, Francia y Alemania?
Según ha sabido el diario francés ‘La Tribune’, en virtud del acuerdo adoptado, el fabricante del Rafale desarrollará, como jefe de proyecto, los controles de vuelo del demostrador (fases 1B y 2 del FCAS) a partir de la tecnología de los controles de vuelo digitales de su nuevo avión Falcon 10 Business, cuya entrada en servicio está prevista para finales de 2025.
A primeros de este mes, se hicieron públicas las discrepancias entre Dassault y Airbus, dos de los tres contratistas principales del futuro caza europeo. Eric Trappier, CEO de Dassault, al presentar los resultados de su empresa, criticó a Airbus por los retrasos en la firma de los contratos de la Fase 1B relacionada con I+D que llevaría a un prototipo de combate para el año 2027. “Hemos hecho todo lo posible para firmar con Airbus y estoy esperando su firma”, dijo.
Para Trappier, las discrepancias estriban en el papel que su empresa debe tener como líder del proyecto. El programa se divide en siete pilares tecnológicos, cada uno de los cuales está dirigido por una empresa específica, con la contribución de subcontratistas. Dassault es responsable del nuevo avión de combate, mientras que Airbus lidera el diseño de drones de transporte remoto, junto con nuevas capacidades de nube y tecnologías de sigilo. Indra lidera el pilar de los sistemas de sensores, mientras que Safran está construyendo un nuevo motor a reacción para el caza.
Durante las audiencias parlamentarias del pasado otoño, el director general de Armamento [DGA] de Francia se había mostrado optimista tras la firma, unas semanas antes, del acuerdo IA3 relativo al FCAS, un programa realizado en cooperación con Alemania y España.
A esta etapa, que debía allanar el camino para un demostrador del New Generation Fighter (NGF), es decir el avión de combate en el que se basará este «sistema de sistemas» que será el FCAS, se había llegado después de meses de tensiones entre Dassault Aviation, contratista principal designado, y las filiales alemana y española de Airbus.
Según la información del periódico galo, Airbus habría renunciado a los controles de vuelo en favor del fabricante del Falcon. Y es que todos los industriales del mundo que lo son al mismo tiempo en el ámbito civil y el militar se han acostumbrado a aprovechar los fondos de defensa para luego integrarlos en programas civiles.
Como parte del FCAS, Dassault Aviation reutilizará el hardware de control de vuelo del Falcon 10 que equipará al demostrador mientras trabaja en un conjunto de modificaciones del software de control de vuelo.
Airbus habría renunciado finalmente a ese liderazgo porque se acerca la fecha del primer vuelo. También podría aprovechar la tecnología reciente para instalarla en el demostrador NGF, cuyo primer vuelo está programado para 2027. Y, sobre todo, considerando que habrá tecnologías más importantes, dado que este demostrador no reflejará necesariamente el definitivo avión de combate europeo.
Pero todo parece indicar que la batalla actual no será el fin de la “guerra” entre ambas industrias asociadas en el proyecto. Baste recordar las palabras del CEO de Dassault Aviation a primeros de este mes con ocasión de la presentación de resultados de su compañía, a propósito de los controles de vuelo: “Hay quienes saben cómo hacerlos y quienes no saben cómo hacerlos. Creo que Dassault ha podido demostrar a lo largo de su historia que sabía hacerlos, e incluso es único en el mundo, ya que somos los únicos fabricantes de aviones en el mundo en diseñar nuestros aviones desarrollando los mandos de vuelo”.
Además, desde la firma del IA3, la situación ha cambiado: Dassault Aviation ha confirmado su legitimidad como contratista principal del NGF con nuevos éxitos de exportación del Rafale mientras, al otro lado del Rhin, el anuncio de la compra de 35 cazas americanos F-35A para sustituir al Tornado, dedicados a las misiones nucleares de la OTAN, ha sucitado nuevas turbulencias, acentuadas , según el periódico francés, por la entrada en el escenario de una nueva coalición de gobierno, formada por los socialdemócratas del SPD, los ecologistas y los liberales del FDP. Y en España, que también está considerando el F-35B (la variante de despegue corto y aterrizaje vertical) para sustituir al AV-8 Harrier II de su aeronáutica naval.
Este programa no puede fracasar . Es de obligatoria necesidad que llegue finalmente a buen puerto . Lo de la sustitución del Harrier en la Armada nada tiene que ver con este asunto , aunque pudiera parecerlo .