Airbus se retiró el pasado viernes del concurso para la contratación multimillonaria de 88 nuevos aviones de combate canadienses, una decisión que aumenta las posibilidades del competidor Lockheed Martin Corp, según informó la agencia Reuters.
La división de Defensa de Airbus, que indicó el mes pasado que podría retirarse, citó requisitos de seguridad onerosos y una decisión tardía de Ottawa de relajar las reglas sobre cuánto tendrían que invertir los licitantes en Canadá.
Airbus y otros concursantes ya se habían quejado de que el gobierno canadiense parecía estar inclinando la licitación del caza que la Real Fuerza Aérea Canadiense quiere a favor del avión F-35 de Lockheed Martin. Canadá forma parte del consorcio que desarrolló el avión.
Canadá lanzó el concurso largamente demorado el mes pasado y dijo que no se había producido ningún favoritismo. Según Ottawa, el contrato tiene un valor entre 11.500 millones y 14.500 millones de dólares americanos.
Reuters reveló en julio que Airbus y Boeing se habían dirigido al Gobierno canadiense anunciando su posible retirada del concurso. Las empresas no estaban contentas de que a finales de mayo el gobierno rechazara una demanda en el sentido de que los concurrentes debían garantizar la entrega a las empresas canadienses del 100% del valor del acuerdo en beneficios económicos.
Dichos compromisos legalmente herméticos, que Boeing, Airbus y el sueco Saab ya habían acordado, contradicen las reglas del consorcio F-35. El movimiento de Ottawa permitió a Lockheed Martin permanecer en la competencia.
«Uno de los puntos más fuertes de nuestra oferta fue el hecho de que estábamos dispuestos a hacer compromisos vinculantes», dijo una fuente de Airbus. «Una vez que esto se aflojó hasta el punto en que estos compromisos ya no se valoraron de la misma manera», la empresa pensó: ‘eso es demasiado’”, agregó la fuente, que también citó desafíos de seguridad.
Los aviones europeos deben demostrar que pueden cumplir con los estrictos estándares requeridos por los EEUU, que con Canadá opera el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte.
«Los requisitos de seguridad de NORAD continúan imponiendo un coste demasiado significativo en las plataformas cuyas cadenas de fabricación y reparación se encuentran fuera de los EEUU y Canadá», dijo Airbus en un comunicado.
La ministra de adquisiciones de Canadá, Carla Qualtrough, dijo que respetaba la decisión de Airbus y agregó que Ottawa determinó que debería haber igualdad de condiciones.
Canadá ha estado intentando sin éxito durante casi una década comprar aviones para reemplazar a sus cazas F-18. La anterior administración conservadora dijo en 2010 que compraría 65 aviones F-35, pero luego descartó la decisión, lo que provocó años de demoras y revisiones.
Los liberales de Trudeau tomaron el poder en 2015 y prometieron no comprar el F-35 porque era demasiado costoso, pero desde entonces han suavizado su línea. «Justin Trudeau ha pasado los últimos cuatro años retrasando y vacilando en nuevos aviones de combate para Canadá solo para administrar completamente el proceso de competencia», dijo el portavoz de defensa conservador James Bezan.